Nació el 27 de julio de 1832 en Srpska Crnja (Banato) y murió el 16 de noviembre de 1878 en Belgrado. Se le recuerda sobre todo como poeta; sin embargo, el principal genio artístico de este autor fue de la pintura. La inconstancia y la falta de sumisión a una disciplina le impidieron aprovechar completamente, con una adecuada preparación técnica, sus posibilidades naturales respecto al arte. Interrumpidos los estudios en Szegedin, se dirigió a Temesvar para cultivar el dibujo. Luego pasó a la escuela artística de Pest, pero en 1848 la llamada de la revolución llevóle, apenas cumplidos los dieciséis años, junto a los combatientes de Vojvodina.
Fracasadas luego de otros intentos sus actividades de estudiante, volvió a la patria; durante algún tiempo se ganó difícilmente la vida pintando retratos e iconos, y buscó desordenadamente la fortuna en diversos medios. Según revela una de sus poesías, en cierto momento pensó seguir el ejemplo de su padre, sacerdote ortodoxo, y recibir las órdenes. En 1857 obtuvo un cargo docente en Servia. Muy pronto, empero, se cansó asimismo de la vida de maestro rural. Movido por el afán de reanudar sus estudios de pintura, en 1861, luego de haber contraído matrimonio, marchó a la Academia de Viena; una vez más fracasó en su propósito. J. empezó entonces a desahogar su pasión artística en la literatura, y singularmente en la poesía. Tras una breve permanencia en Novi Sad establecióse definitivamente en Serbia.
En 1862 el drama La migración de los serbios le valió un premio de cien ducados de la «Matica Srpska». Las obras dramáticas Isabel, princesa montenegrina (v.) y S taño je Glavash, unos cuarenta relatos y cuentos, y, sobre todo, las bellísimas poesías líricas y épico-líricas dieron fama a su nombre; pero no lograron mejorar las condiciones de su vida miserable. En continua peregrinación de una a otra escuela, su carrera de profesor de dibujo terminó con una expulsión por mala conducta. En 1872 consiguió un empleo de corrector en la imprenta oficial de Belgrado, labor que desempeñó por espacio de seis años, hasta su muerte.
R. Picchio