Nació en Tournai (Bélgica) el 16 de julio de 1855, en una familia de origen flamenco, y murió en París la noche de Navidad de 1898. Luego de haber ejercido la abogacía abandonóla y dedicóse por completo a la actividad literaria. Junto con Maeterlinck, Verhaeren y Van Lerberghe representa el renacimiento de la literatura belga en lengua francesa posterior a 1880. El lenguaje, el estilo y los ritmos resultan casi siempre en Rodenbach armoniosamente fieles a la tradición clásica y al «Pamasse». En el simbolismo, y bajo la influencia de Verlaine, inspiró sus mejores composiciones poéticas (La jeunesse blanche, 1886; El reino del silencio, 1891, v.; Le voy age dans les yeux, 1893; Les vies endoses, 1896): fluidas fantasías, mística tranquilidad, nostalgia de un pasado feliz o glorioso, languidez y renuncia no siempre carentes de sentimentalismos. En las novelas (Brujas la muerta, 1892, v.; La vocation, 1895; El campanero, 1897, v.) y en las narraciones póstumas (Le rouet des brumes, 1900) describe los paisajes nebulosos y la monótona existencia de la provincia, de Brujas, donde pasó la infancia, y de Gante, ciudad en la que estudió Derecho y ejerció durante algún tiempo la abogacía. Vivió en París a partir de 1887.
S. Morando