Fa Hsien

Es el nombre religioso de Kung Shih-tzû o «Hijo de la familia Kung», eminente bonzo chino (kao Sêng) que nació en P’ing-yang (Shansi) no se sabe cuándo y murió en fecha igualmente desconocida.

Vivió bajo la dinastía Chin (265-420) y fue céle­bre por su viaje a la India, del que dejó una famosa relación en su Fo Kuo Chi (v.). En 399 se hallaba en Ch’ang-an (la actual Hsi-an, del Shensi) en busca de textos bu­distas; como no los hallara en cantidad sufi­ciente, concibió el audaz proyecto de una expedición a la patria del budismo.

El ca­mino de la India estaba ya abierto desde el siglo II a. de C., época en que el célebre Chang Ch’ien, durante el reinado del em­perador Wu (140-86 a. de C.), había sido enviado como embajador a la Bactriana, de donde llevó a la China la vid y el cáñamo; según parece, empero, no debió de intere­sarse por el budismo.

Tal religión fue intro­ducida en el Celeste Imperio durante el si­glo I d. de C., a instancias — fenómeno raro en la historia china — del emperador Ming (58-75), quien envió a la India un grupo de personas con el encargo de informarse ofi­cialmente sobre la naturaleza del nuevo movimiento religioso, cuyo eco se había di­fundido ya por todo el Oriente.

Vuelta la misión con dos monjes indios, empezó la considerable obra de las versiones al chino de textos en sánscrito y pali. La semilla germinó y llegó a transformarse en un gi­gantesco árbol; y así, en la época de Fa Hsien la China poseía ya sus monasterios, donde los jóvenes hacían sus votos.

Como tantos compatriotas suyos, nuestro autor ingresó en su juventud en un convento y, luego de haber profesado, trató de estudiar más pro­fundamente el canon budista. Determinado el viaje, partió en 399 con numerosos com­pañeros, de todos los cuales sólo uno y él lograron alcanzar la meta.

Visitó más de treinta estados y permaneció durante tres años en la ciudad santa de Buda, en la cual estudió el sánscrito; luego pasó más de diez en diversas localidades (Magasha, Patna, Benarés, Buda Gaya, etc.), entregado a la oración y a la búsqueda y el estudio de textos, reliquias e imágenes.

Llegó en una embarcación hasta Ceilán y desde aquí, también por mar, y pasando por Java, regresó a la patria, en medio de mil peligros, y desembarcó en las costas del Shantung, cer­ca del actual territorio de Kiao Chow. Su relación del viaje, escrita en un estilo más bien difícil y traducida a varias lenguas, constituyó una considerable aportación al mutuo conocimiento de los dos mundos, tan distintos en cuanto a idioma y cultura.

B. Fedele