Clérigo de Bamberg que vivió durante el siglo XI y compuso un canto conocido con diversos nombres: Cantilena de miraculis Christi, Discurso del verdadero principio, Canto de la salvación y Canto de Ezzo (v.).
Hasta 1879, la obra era conocida en una redacción llena de interpolaciones que figuraban en un manuscrito del convento de Vorau, en Estiria; el descubrimiento de un extenso fragmento en pergamino en las Mor alia Gregorii Magni, llevado a cabo por R. A. Barack, permitió restablecer el texto original, integrado por veintiocho estrofas.
De acuerdo con el capítulo II de la Vita Altmanni, Ezzo habría compuesto el canto durante una peregrinación a Tierra Santa promovida por su obispo Günther en 1065 debido a nuevas profecías quiliásmicas sobre el próximo juicio universal.
Una estrofa de introducción interpolada del manuscrito de Vorau afirma, en cambio, que dicho prelado encargó a Ezzo la composición del canto, y a cierto Willo (posteriormente, de 1082 a 1085, abad de Michelsberg) la música para el mismo. Se dice también que la obra alcanzó un gran éxito e indujo a muchos a la vida monacal.
Puesto que en el canto no se halla ninguna alusión a la peregrinación citada, la crítica moderna juzga más próximo a la verdad al interpolador y considera que el mencionado texto debió de ser compuesto en Bamberg por orden del obispo. Ello no excluye, empero, la posibilidad de que fuera cantado y difundido por los peregrinos de 1065.
M. Spagnol