Nació el 6 de febrero de 1753 en St. Paul en la isla Borbón (la actual Reunión en África), murió el 5 de diciembre de 1814 en París. Hijo de un agregado del Gobierno en la isla, fue enviado a Francia cuando tenía nueve años, y allí estudió en Rennes y en París, donde entró en un seminario; después, decidió bruscamente dedicarse a la carrera de las armas. Asistió a la escuela militar de Versalles, donde obtuvo el grado de guardia del rey; pero estaba dotado, más que de virtudes militares, de una tierna sensibilidad que se reveló en su amor por una tal Eleonora, muchacha de trece años, conocida por él a su regreso a St. Paul: se trata muy probablemente de Esther Leliévre, su alumna de arpa, para la cual escribió las Poesías eróticas (v. Elegías); una Épitre aux insurges de Boston, publicada el año anterior, había pasado inadvertida.
Las Poesías eróticas, publicadas en París, entre 1778 y 1781, le dieron, por el contrario, gran renombre, consagrado por Voltaire, que vislumbró en el joven poeta a un nuevo Ti- bulo. La muerte de su padre le reclamó en la isla Borbón, y durante una misión en Pondichéry escribió los Tableaux (Les déguisements de Vénus, Le poème des fleurs y Les chansons medécasses). En 1785 se trasladó definitivamente a Francia, abandonando el ejército por razones de salud y retirándose a Feuillancour, junto a París. Pese a las propensiones místicas de su juventud, abrazó los principios revolucionarios incluso en materia religiosa, escribiendo, con el espíritu cáustico de un Voltaire del que se proclama discípulo, epigramas, sátiras y pequeños poemas: Le Paradis perdu, Les galanteries de la Bible, La guerre de dieux andenes et modernes (1799).
Arruinado por la Revolución, obtuvo en 1795 un modesto empleo en el Ministerio de Instrucción y después en la Dirección del Teatro de las Artes: la publicación de la Guerre des dieux le ayudó poco a obtener mayores favores del gobierno del Consulado. En 1802 contrajo feliz matrimonio con Marie Vally, también nativa de la isla Borbón; al año siguiente, una nueva edición de sus composiciones líricas le valió su entrada en la Academia. Continuó su actividad poética con pequeños poemas de inspiración nórdica (Aslegar, Goddam), modificó oportunamente La guerre des dieux (con el título de Christianide), y compuso una novela en verso, en doce cantos, Les Rose-Croix (1807). Clásico y racionalista, Parny anuncia ya el clima prerromántico: su sentimentalismo y su gusto por los temas exóticos tuvieron alguna influencia sobre Chateaubriand (v.) y Lamartine (v.).
P. Onnis