Nació en una familia galesa de Chorlton-on-Medlock (Manchester) el 17 de enero de 1863 y murió el 26 de marzo de 1945. Hijo de un ex director docente de Liverpool, que empezó a dedicarse a la agricultura cuando David no contaba todavía un año, estudió Leyes en Portmadoc y llegó a procurador («solicitor») en 1884. Ingresó en la vida política en calidad de radical nacionalista, y en 1890 fue elegido diputado; pasado luego a las filas del partido liberal, presidió el «Board of Trade» entre 1905 y 1908, y más tarde llegó a canciller del Exchequer, cargo que desempeñó hasta 1915. Aun cuando intentó introducir en el presupuesto notables variaciones de tendencia democrática, por lo menos en una primera fase hubo de renunciar a ellas debido a la franca oposición de la Cámara Alta; hasta después de las nuevas elecciones en 1911, no pudo hacer aprobar un vasto proyecto de seguros sociales y limitar el poder de veto de los lores.
Al principio de la primera Guerra Mundial declaróse contrario a la intervención de Inglaterra en el conflicto; sin embargo, tras la invasión de Bélgica por Alemania juzgóla necesaria. De 1915 a 1916 fue, sucesivamente, ministro de Municiones y secretario de Estado del Ministerio de la Guerra, y aunque durante este período mostróse partidario de atacar a los imperios centrales desde la península de los Balcanes, debido a la falta de acuerdo con los franceses la gran expedición proyectada se redujo al intento de Salónica. A fines de 1916, luego de una serie de polémicas y divergencias con el jefe del gobierno, el liberal H. Asquith, fue elegido primer ministro, en particular gracias al apoyo de los laboristas. En la dirección de la guerra se manifestó con frecuencia vacilante y propenso a cambiar de opinión; tenía escasa confianza en los jefes militares franceses e ingleses, y hasta los desastres de 1918 en el frente de Francia se opuso al establecimiento de un mando único aliado, que aceptó después en la última fase del conflicto y recayó en el general Foch.
Confirmado en su alto cargo durante el postrer año de guerra, asumió actitudes contradictorias en el curso de las negociaciones con los alemanes, a quienes al principio hubiese querido imponer una paz onerosa, en tanto luego separóse del criterio francés para adoptar una postura más conciliadora. En 1921, después de haberse opuesto enérgicamente al movimiento irlandés en favor de la independencia, acabó concediendo la autonomía a la isla. Su política incierta y contradictoria, con no pocas vacilaciones, cambios bruscos y grandes planes con frecuencia no realizados, llegó finalmente a cansar a los conservadores e incluso a los mismos laboristas que le apoyaran. Tras su dimisión en 1922, Lloyd George convirtióse en «leader» del partido liberal; en 1924 y 1929 ayudó al laborismo, entonces en el gobierno. Rápidamente, empero, perdió a sus seguidores tanto en el partido como en el Parlamento, aun cuando a veces, en casos de especial gravedad, el primer ministro en ejercicio seguía aconsejándose con él antes de adoptar decisiones importantes.
En 1931 hubo de someterse a una grave operación, y luego fue abandonando paulatinamente su participación activa en la vida política. Durante los años que precedieron al segundo conflicto bélico mundial criticó la actuación del gabinete Chamberlain. Lloyd George es autor de dos interesantes obras sobre la guerra: War Debits and Reparations (1932) y Memorias de guerra (1933-36, v.).
R. Fabietti