Benvenuto Cellini

Nació el 3 de noviem­bre de 1500 en Florencia, donde Murió el 13 de febrero de 1571. Su padre, aun cuando de­seoso de que el hijo se dedicara a la mú­sica, no quiso torcer su gran afición a la orfebrería y al dibujo, y le colocó en un taller florentino de joyería, en el que C. realizó un agitado aprendizaje.

Llegado a Roma en 1519, permaneció allí casi ininte­rrumpidamente hasta 1540 y trabajó en su arte para las principales familias de la aris­tocracia romana. Clemente VII nombróle maestro de la Ceca (1529).

Durante el sa­queo de Roma de 1527, C. participó activa­mente en la defensa de la ciudad, y en su Vida (v.) se jacta de haber muerto con un disparo de arcabuz al condestable de Borbón. Dos asesinatos y varias calumnias de los rivales envidiosos, unidas al odio de Pier Luigi Farnese, sobrino del nuevo pontífice Paulo III, le llevaron a verse encarcelado en el castillo de Sant’Angelo, del que tras algún tiempo logró escapar.

Perdonado gra­cias a la intercesión del cardenal Hipólito de Este, marchó a Francia y fue acogido favorablemente por Francisco I, quien le asignó una pensión anual y encargóle varios trabajos de orfebrería, escultura y arquitec­tura.

Desgraciadamente, la estancia de C. en la corte francesa viose también amar­gada por la maledicencia de los cortesanos, los celos de los artistas rivales y el impla­cable odio de la favorita del rey, Mme. d’Étampes. Y así, en 1545 Benvenuto regre­só a Italia y se estableció en Florencia, con la esperanza de poder trabajar en paz y afianzarse como escultor en la «nobilissima scola» de Miguel Ángel.

Protegido al prin­cipio por Cosme de Médicis, realizó para éste el Perseo (1549); pero una vez más la hostilidad y la malicia de sus rivales per­judicaron al artista, quien vivió los últimos años de su existencia en un clima de mise­ria y soledad, agravado por infamantes con­denas y cautiverios.

Cellini halló entonces su mayor consuelo en la redacción de su Vida, obra iniciada en 1558 y no sólo narración biográfica, sino también forma de rehabili­tación espiritual del hombre y del artista y de venganza moral contra sus detractores.

De 1565 a 1567 escribió los Dos tratados… (v.), publicados en 1568 y en los que el autor revela notables cualidades literarias. A todo ello cabe añadir las numerosas Rime, compuestas en momentos diversos y, en ge­neral, relacionadas con su biografía; el va­lor de tales poesías en cuanto «poeta» reside no precisamente en ellas, sino en la Vida.

B. Maier