Nació el 19 de marzo de 1503 en Florencia, donde murió el 18 de diciembre de 1565. Estudió leyes en Pisa, y trabajó durante algún tiempo como notario junto a su padre, procurador del arzobispado. Fallecido éste, dedicóse por completo a los estudios humanísticos; aprendió a fondo el latín y el griego, y poseyó asimismo un buen conocimiento del provenzal. Por su intervención en la política tuvo una vida muy agitada, que le llevó a Módena, Bolonia, Fiésole, Venecia y Padua. Gravemente menoscabado su patrimonio por todo ello, aceptó las invitaciones del duque Cosme y regresó a Florencia, donde recibió algunos honores.
Los años siguientes, empero, no carecieron tampoco de inquietudes: en 1545 sufrió un proceso; la Historia florentina (v.), escrita por encargo del duque, le valió una agresión; finalmente, en el curso de la guerra de Siena perdió la amistad de su señor, que, sin embargo, recobró más tarde. Más que como literato, destaca en calidad de crítico y filólogo. Su producción poética y literaria presenta escaso valor. Mayor importancia tienen sus textos de crítica, lingüística y filología, entre los cuales cabe mencionar las Lecciones dadas en la Academia Florentina (v. Dos lecciones, De la pintura y escultura) y el diálogo El Ercolano (v.), intervención del autor en la debatida cuestión de la lengua en defensa de la base florentina del idioma italiano.
E. Fezzi