Arturo Capdevila

Polígrafo argentino; nació en Córdoba en 1889. Abogado, juez y pro­fesor de Filosofía y Sociología en su ciudad natal, y profesor de Literatura argentina e hispanoamericana en la Universidad de La Plata.

Poeta, novelista, dramaturgo, histo­riador, ensayista y jurista, C. es un ejemplo curioso de clásico viviente, es decir, de es­critor que por su ponderación, su sentido nacional, su hispanismo y su manera opti­mista de ver los problemas de la vida y las perspectivas de la Historia, todo dentro de un estilo cuidado y correcto, se ha conver­tido en vida en modelo, no para los selec­tos, pero sí para la masa ilustrada.

Podría deducirse de esto que estamos refiriéndonos a una especie de «aurea mediocritas»; sin embargo, sería injusto llegar a esta con­clusión. Su producción es tan extensa, que nos tendremos que concretar a lo más im­portante de ella.

Como poeta (v. Poesías) es un lírico humano, elocuente, sin grandes abismos, de raíz romántica y pretensión filosófica: Jardines solos (1911), Melpómene (1912), El poema de Nenúfar (1915), El libro de la noche (1917), La fiesta del mundo (1921), El tiempo que se fue (1926), El apo­calipsis de San Lenin (1929), Simbad (1929), Córdoba azul (1940), Otoño en flor (1952) y una versificación castellana de Los Sal­mos (1955).

En su teatro figuran los títulos: La Sulamita (1916), El amor de Schehrazada (poema dramático, 1918), La casa de los fantasmas (1926), Zincalí (poema escénico gitano, 1927), Branca d’Oria (1933), Cuando el vals y los lanceros (1937) y Consumación de Sigmund Freud (1946).

Ha publicado novelas como Arbaces, maestro de amor (1945), Advenimiento (1947) y El gran reidor Segovia; libros de viajes como Tierras no­bles: viajes por España y Portugal; ensayos como La dulce patria (1917), Babel y el cas­tellano (1928), Antano (1936); estudios ju­rídicos e históricos como Dharma: influen­cia di Oriente en el Derecho de Roma (1914), Las vísperas de Caseraos (1922), Las invasiones inglesas (1938), Historia de Dorrego (1949) y La ruta de San Martín (1950); estudios literarios como Los románticos: es­pectros, fantasmas y muñecos del romanti­cismo (1929), El pensamiento vivo de Benito Pérez Galdós (1944) y Popol-Vuh o la Bi­blia de los mayas (1945).

En 1923 publicó sus evocaciones de infancia y adolescencia: Córdoba del recuerdo (v.). Con todo esto, que es una parte de su producción, puede formarse el lector una idea de la obra colo­sal de este ilustre polígrafo argentino, que ha influido poderosamente en la formación cultural de las generaciones jóvenes de su patria.

J. Sapiña