Agustín Duran

Nació el 14 de octubre de 1793 en Madrid, donde murió el 1.° de di­ciembre de 1862. Estudió en el seminario de Vergara y luego en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Ejerció la abo­gacía en Valladolid y más tarde profesó la enseñanza pública, donde alcanzaría una destacada posición.

A la muerte de Fernan­do VII recibe varios ofrecimientos, pero prefiere sacrificar su carrera futura, que hubiera visto facilitada por su posición so­cial, a los estudios filológicos. Llegó a direc­tor de la Biblioteca Nacional, cargo en cuyo ejercicio pudo dedicarse a su actividad de bibliógrafo e investigador y editor de tex­tos. Discípulo de Lista y amigo de Quintana y de Gallardo, fue un seguidor del famoso hispanista Bóhl de Fáber.

Numerosos críti­cos le juzgan introductor del Romanticismo en España debido al Discurso sobre el influjo de la crítica moderna en la decadencia del antiguo teatro español (1828, v.), en el que, antes que ningún otro erudito del país, destacó la importancia de los romances po­pulares (que reunió en los tomos del Ro­mancero general, aparecidos entre 1828 y 1832 y, en una nueva edición ampliada, en el período 1832-1844) y del teatro del Siglo de Oro.

Entre sus restantes obras cabe citar Trovas en antigua parla castellana (1829), Trovas a la reina (1832), Talía española (1843), Colección de sainetes de don Ramón de la Cruz (1843) y La leyenda de las tres toronjas del vergel de Amor (1856). En 1834 ingresó en la Academia.

G. Savelli