Manzana. Véase: fruta del pecado. Véase: Nueva York. Existen muchas maneras de decir manzana; de escuchar “manzana”; de buscar manzanas entre los versos; de reflexionar sobre las manzanas; de relacionar las manzanas con la poesía…
Benjamín Prado conoce, al menos, siete, y su libro Siete maneras de decir Manzana, supone toda una cosecha de pensamientos en torno a la poesía, digna de conocer.
Este ensayo fue publicado en junio de 2000 por la editorial Anaya. Se trata de una amenísima reflexión sobre lo que ha de considerarse o no poesía y de cómo se puede conseguir una obra maestra.
A continuación, Benjamín Prado nos acerca al mundo de la metáfora. La palabra metáfora causa pavor a todo el mundo desde la escuela: a los “alumnos de ciencias” porque creen no comprenderla; a muchos teóricos de la literatura, porque no saben definirla; a los profesores, porque no saben explicarla… Benjamín Prado no pretende entrar en tecnicismos. Él comprende lo que es la metáfora y por lo tanto, no le resulta difícil explicar en qué consiste. “A veces, hay que salirse de las cosas para que las cosas se entiendan”, dice el autor. Y en esto consiste la metáfora: en revelar la cara oculta de las cosas desde fuera de las cosas. En realidad, nosotros y nuestra vida cotidiana estamos plagados de metáforas; la cuestión es que funcionan de una forma prácticamente inconsciente para nosotros y no nos asustan con su presencia trayendo una etiqueta con su nombre: “metáfora”. Pero quien lea a Benjamín Prado comprenderá no sólo que la metáfora es algo cotidiano y necesario; sino que, trasladada al poema, lo hace vivir gracias a su existencia; la metáfora nos descubre lo nuevo que contienen las cosas.
La sexta manzana está dedicada al silencio: el gran ignorado de la poesía. El autor ha comprendido hasta qué punto es importante tener en cuenta el fondo contra el que se estrellan las palabras: el silencio. Y es que muchas veces las palabras cobran una dimensión especial en función de su distribución en la gran cadena del silencio.
Por último, Benjamín Prado hace una serie de reflexiones sobre cómo escribir un poema. Un poema no ha de apelar a la sinceridad del autor; para Benjamín Prado, “un poema es un escenario” y escribir un poema es “un ejercicio de precisión”. El autor ha de decidir desde quién quiere hablar, por qué y para quién. Y es que la poesía es la única manera de “alzar otro mundo dentro del mundo real”; de reinventar las manzanas diariamente.
Benjamín Prado Siete maneras de decir manzana.Editorial Anaya Madrid, junio 2000
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