El sobre Negro (Norman Manea). Una bofetada invisible

El sobre negro, de Norman Manea

El sobre negro, de Norman Manea

A veces se pone uno a leer cosas raras, y de entre todas las cosas raras que han caído en mis manos en los últimos meses, probablemente nada lo asea tanto como este sobre negro, del rumano Norman Manea.

Pero qué le vamos a hacer: si te aficionas a la literatura centroeuropea hay que visitar a los rumanos, que tan buenos ratos me han hecho pasar, así que me puse manos a la obra por segunda vez, después de abandonar el libro la primera porque no entendía de qué demonios estaba hablando.

¿Culpa del autor? Un poco, pero sobre todo culpa mía.

El sobre negro es una historia delirante escrita a modo de delirio precisamente para transmitir la clase de vida que llevaban los ciudadanos bajo Ceaucescu, sin saber con quién podían hablar, quién era un informador del Gobierno, quién les había denunciado en el pasado, cual sería su futuro inmediato y quién les denunciaría en el futuro.

El protagonista, el profesor Tolea, ha sido apartado de la enseñanza y convertido en recepcionista de hotel después de una denuncia política y la posterior intervención a su favor de un psiquiatra, que acaba convenciendo a las autoridades de que Tolea no es un disidente, sino que está un poco loco.

Tolea trata de aprovechar este nuevo trabajo para reordenar su vida y saber qué ocurrió en su familia, cuando su padre, tras la guerra, dejó su cátedra de filosofía para convertirse en tratante de vinos y qué3 sucedió finalmente para que su padre aparteciese muerto una noche en extrañas circunstancias.

Es una historia familiar, un recorrido por lo que un niño no entendió y tampoco es capaz de entender ahora. Es un periplo por los miedos, los secretos familiares que aún guarda el hermano que emigró a Argentina, los vecinos que quizás lo sepan todo o quizás sean los denunciantes del padre o los suyos propios.

Es ante todo, una descripción de eso que los ciudadanos de los países comunistas llaman todavía la bofetada invisible, ese bofetón que todo el mundo llevaba en la cara humillándoles día a día, paso a paso, renovando el temor a que llegase de cualquier parte una nueva bofetada, sin motivo, sin razón, y sin posibilidad de pedir explicaciones.

Muchas partes de la novela tienen ambiente de manicomio o patio carcelario. ¿Pero qué otra cosa es un país donde nadie sabe si su vecino le denunciará o no y nadie puede escapar más allá de las fronteras?

Una novela realmente inquietante…