La noche de los calígrafos es un título con reminiscencias de novela de intriga, un título que unido al texto de la solapa hace pensar en la rebelión de los calígrafos cuando el fundador de la república turca, Ataturk, prohíbe la escritura árabe y occidentaliza el país a la fuerza.

Puede que esa fuese la estrategia de martketing que pareciese más adecuada, peor lo cierto es que el libro no tiene nada que ver con eso. La noche de los calígrafos es casi una novela rosa, porque el setenta por ciento de sus páginas hablan de las vivencias amatorias de una mujer que se dedica a la caligrafía, cosa rara entonces, y que con el hilo continuo de sus trazos y de sus luchas con el arte, nos va contando como está primero con un hombre, cómo conoce luego a otro y cómo va madurando la relación con sus hermanas, sus hijos y si casa.

Yasmine Ghata habla de calígrafos como podría hablar de ingenieros de minas. Los símiles de la caligrafía artística con la vida son constantes, pero serían reconstruibles aplicados a otra actividad. En este libro lo que de veras cuenta, ylo que de veras nos quiere contar, es una biografía femenina, aderezada de lirismo y melancolía.

El libro está bien, pero quede bien claro que lo preferirán antes los partidarios de la novela rosa que ningún otro. Aunque quizás tampoco, porque pasiones desenfrenadas no hay. Todo e smuy frío y un poco triste. Y bello, eso sí. Muy bello.