Introducción a la Estética (G.W:F. Hegel)

Encontré este libro fisgoneando en una librería de barrio de Madrid. Me llamó la atención que sólo costase dos euros y medio y aun a riesgo de toparme con una mala traducción o con una selección de textos caótica y mal planteada, me lo llevé.

En realidad, las ideas estéticas de Hegel ocupan dos volúmenes, unas 1200 páginas; así que lo que yo me llevaba no era más que una pequeña aproximación a sus reflexiones sobre la estética, como con prismáticos, para obtener una idea general. Esta parte introductoria está formada por las lecciones sobre estética que Hegel impartió en la Universidad de Berlín.

El libro que yo me compré dice contener las ideas centrales de la estética hegeliana de forma concisa. Efectivamente, es así. La traducción, creo que muy buena, es de Ricardo Mazo.

El libro se divide en tres grandes partes, que a su vez se dividen en partes más pequeñas. Me gusta que los libros de filosofía estén bien estructurados, porque en ellos siempre es muy fácil perder el hilo del discurso, entender mal ciertos conceptos porque su univocidad no es repetida una y otra vez o aburrirse soberanamente.

La concepción objetiva del arte
La primera parte de esta Introducción a la Estética se llama "La concepción objetiva del arte". En la primera parte de este capítulo aporta unas nociones generales para que podamos entender con él cómo entiende él que debe fundamentarse una filosofía del arte, una "filosofía de lo bello", una estética.
En primer lugar, hace una serie de distinciones entre lo bello natural y lo bello artístico. Lo bello artístico es superior porque es un producto del espíritu. "Todo lo que procede del espíritu es superior a lo que existe en la Naturaleza", dice Hegel. Y es que el punto de partida de la estética es necesariamente que exista un objeto de estudio. (Es curioso, porque Heidegger, en El origen de la obra de arte también dedica una parte extensísima a hablar sobre el "carácter de cosa" de la obra de arte, se ve que es algo que preocupa a los filósofos ;-).

"Por el contrario, en la estética, por ejemplo, se presenta inmediatamente la necesidad de examinar una tras otra las diferentes concepciones de lo bello, de pasar revista a los diferentes puntos de vista y a las diversas categorías que han sido aplicadas a lo bello, de analizarlos y, confrontándolos por medio del razonamiento con los hechos y datos que poseemos, de intentar extraer el concepto y obtener así una definición de lo bello".

A esto se quiere dedicar Hegel para establecer su filosofía de lo bello.

Posteriormente, se defiende contra las posibles objeciones que se pueden oponer al intento de construir una filosofía de lo bello. Entre ellas, puede encontrarse la indeterminación del concepto de "lo bello", debido a la variedad de cosas bellas. Para evitar esto, dice Hegel que basta con dominar "las formas concretas" de los objetos bellos, o sea, de las obras de arte, y extraer la regla general, es entonces cuando podemos comenzar a elaborar una teoría del arte. Una vez que se ha procedido a todas las eliminaciones de formas concretas necesarias, Hegel encuentra una determinación general en el arte:

el arte estaría destinado a despertar en nosotros sensaciones agradables para la creación de fomras que tengan la apariencia de la vida".

Otra característica que encuentra Hegel en las obras de arte es que su belleza se dirige a los sentidos y que esta belleza emana de la libertad de producciones y formas: "con la creación y la contemplación de las obras de arte nos libramos de las trabas de las reglas y los reglamentos". Esto explica también el hecho de que haya tal variedad de objetos bellos. Esta variedad, además, según Hegel invita a creer en la existencia de un instinto para lo bello. Hegel se enfrenta también con otras trabas para hacer una filosofía del arte, pero las va solventando con dignidad ,-) La justificación de hacer una filosofía del arte frente a una ciencia del arte, le obliga a Hegel a hacer una definición de arte. Me encanta esta parte, porque en ella, Hegel se va adentrando en materia cada vez más oscura y resbaladiza, cuando trataba de dar respuesta a una pregunta que no parecía ser tancompleja. Pero con la navaja de desbrozar conceptos, se mete en la selva de lo estético y nos va aclarando poco a poco qué es el arte. Contra la posibilidad de una ciencia del arte, Hegel esgrime el argumento de que el arte es del reino de la apariencia y de la ilusión. "El arte crea apariencias y vive de apariencias". Pues es verdad, ahora, que para Hegel eso no supone ningún inconveniente, puesto que la esencia de las cosas, siempre debe aparecer, por lo tanto, la apariencia es algo esencial de las cosas.

La apariencia del arte, sin embargo, no es una apariencia cualquiera. El arte tiene una existencia que está hecha de apariencias. Y si lo que buscamos en el arte es la verdad (dice Hegel), la apariencia del arte tiene que ser tal que nos haga superarla y alcanzar esa verdad, porque el arte "pone en nuestra presencia un principio superior". Así pues, bien pensado, el arte es un conjunto indisoluble de concreción y abstracción. El arte es una representación sensible (destinada a los sentidos) de las cosas abstractas (destinadas al pensamiento). Tiene un alto destino, que es expresar lo divino, las necesidades y las exigencias más elevadas del espíritu.

Hasta aquí, todas las ideas del arte (mucho mejor hiladas de lo que yo las he presentado aquí, of course, no le vamos a negar a Hegel su mérito 😉 Lo malo es que esta primera parte de la primera parte (viva Groucho!) acaba hablando sobre la muerte del arte y la conversión del arte en Historia. Supongo que estas son ideas que Hegel ha desarrollado más en otras partes de su obra estética; aquí apenas ocupan cuatro párrafos, pero para saber más, se puede leer El aprendizaje de la decepción, de Félix, en el que se dedica un capítulo a explicar la muerte del arte.

El siguiente capítulo se llama "Las ideas corrientes relacionadas con la naturaleza del arte" y en él se ocupa de derrumbar algunos de los lugares comunes que la historia ha ido forjando con el arte. Entre ellos, destacan el de "imitación de la naturaleza", con una argumentación preñada de lógica que es una delicia de leer; o el de la supuesta tarea moralizadora del arte. También habla sobre el "Despertar del alma" que el arte trae consigo. Nuevamente, las argumentaciones que se ve obligado a utilizar para deshacer las madejas enmarañadas desde Aristóteles le obligan a ir despejando el camino hacia el concepto último del arte. Así, aquí explica la necesidad de que la forma y el contenido sean una fusión y de que se correspondan, o explica cómo ha de ser el arte para cumplir con su función de "despertar el alma":

"El arte utiliza la gran riqueza de su contenido, por un lado, para completar la experiencia que tenemos de nuestra vida exterior y, por otro, para evocar, de una forma general, los sentimientos y pasiones que acabamos de enumerar, a fin de que las experiencias de la vida no nos encuentren insensibles, de que nuestra sensibilidad continúe abierta a todo lo que ocurre fuera de nosotros."

Así pues, contemplar el arte es una manera de crecer.

Y así llegamos al fin de la primera parte.

Las teorías empíricas del arte
La segunda parte se llama "Las teorías empíricas del arte". Primero hace un resumen de las "Ideas relativas al arte", donde ya deja claro desde un principio que las obras de arte son producciones humanas; que están dirigidas a los sentidos y que tienen un fin particular.

Para hablar sobre la primera cuestión, la del carácter humano de la obra de arte, o sea, un carácter no natural, Hegel utiliza conceptos como los de talento y genio y habla de que, al tratarse de una obra del espíritu, está hecha para perdurar porque es un objeto que representa "la verdad imperecedera de los acontecimientos", pero siempre mostrándolos en la forma de un acontecimiento particular. Por otra parte, esta verdad imperecedera atañe al hombre mismo porque le habla de sí mismo, y esto convierte a la obra de arte en necesaria para la formación del hombre.

Además, Hegel también entra en consideraciones sobre la postura del receptor; cómo es percibida una obra de arte, qué parte del hombre se pone en acción cuando contempla una obra de arte, qué diferentes actitudes hay en la obra. Así, no deja ninguno de los elementos del proceso artístico sin estudiar: el talento necesario y el hecho espiritual que hablan del emisor; la materia y contenido de las obras de arte y el comportamiento del receptor.

En la segunda parte de este segundo capítulo "La ciencia del arte", Hegel hace un repaso de diferentes concepciones históricas de la estética, el arte y el proceso creador y las revisa, al tiempo que analiza con detalle algunas definiciones para poder incorporar elementos de ellas, una vez aclarados, a sus ideas. Lo bello acaba siendo una conjunción de un elemento interno, el contenido y su adecuación con un elemento externo, el modo de presentación de ese contenido.

La tercera parte del libro habla sobre "El arte desde un punto de vista filosófico" y continúa haciendo una revisión de diferentes planteamientos estéticos desde Kant a Schiller o Goethe.

Finalmente, el resumen "Plan General de la Obra" Hegel hace un repaso sobre las distintas épocas artísticas desde el arte clásico grecorromano hasta el romanticisimo, así como también se adentra en el estudio de las distintas manifestaciones artísticas, desde la arquitectura y la escultura hasta la música. Trata de encontrar en todas estas manifestaciones las ideas que ha venido expresando. Y vaya si lo hace.

"La tarea del arte consiste en hacer que la idea sea accesible a nuestra contemplación bajo una forma sensible, y no bajo la del pensamiento y de la espiritualidad puras en general, y que esta representación saque su valor y dignidad de la correspondencia entre la idea y su forma, fundidas juntas e interpenetrándose, la cualidad del arte y la medida en que la realidad que representa es´te de acuerdo con su concepto dependerán del grado de fusión, de unión que exista entre la idea y la forma."

Pero además, el arte es una pregunta, dice Hegel. Una pregunta dirigida a las almas y a las mentes.

http://blogs.ya.com/lomejordeloslibros/200503.htm

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