Y lo mejor es que acopañamos a personajes muy diversos: un político, un gran médico, un director de hospital, una enfermera, un médico de pueblo… Sólo eso convertiría "Cuerpos y almas" en un libro buenísimo, pero además profundiza en todos los temas de esa sociedad, narra todo lo referente a los personajes y sus familias, los distintos caminos elegidos por cada cual, distintas formas de pensar, de afrontar problemas… de vivir, en definitiva.

En todo momento sientes que lees algo ficticio pero veraz, que denota en cada momento que el autor vivió en esa época. Pese a que se le ve adelantado para su época y hace una acertada crítica social, de vez en cuando deja algunas "perlas" sobre la necesidad de ser creyente y alguna otra cosilla que, indirectamente, ayuda a retratar la época.

Por otro lado, el ritmo de lectura es lento, pero no espeso. Puede leerlo cualquiera, pero no creo que sea buena idea leerlo en el metro o el autobús. Para eso los libros de John Hanckoc o Cristopher Fowler me parecen mucho más apropiados.