Novela romántica sin más pretensiones sobre una mujer, Ayra, que tras su divorcio vuelve a ver a un amigo de su juventud y antiguo pretendiente, ya casado.

Se juega, como es habitual en el género, con las asistencia, viejas promesas, la sensación de fragilidad y el deseo de una nueva vida que sea a la vez continuación de la anterior, retorno a una posibilidad perdida y reanudación de lo que habían roto las circunstancias.

La que no está contenta, por supuesto, es la actual esposa de él, que no comprende qué tiene ella que ver con todo ese lío y pro qué tiene que pagar los platos rotos de los devaneos de los demás. A ella le parece muy bien todo el discurso sobre realización, ilusiones perdidas y demás tópicos de la autoayuda, pero ella es la que ha sacado adelante la casa, ha tenido los hijos, y piensa que el que tenga que arreglar su vida, que la lleve a la chapistería. Y no sólo lo piensa, sino que lko aplica con implacable determinación.

Interesante catarsis final.