Una novela que ya desde las primeras páginas se intuye solemne, seria y ominosa, con ese aura de trascendencia que tienen las obras con pretensiones.
El protagonista, un científico metido a articulista de temas de Ciencia, ateo, hace continuas reflexiones sobre lo que le ha pasado sirviendose como apoyo de teorías darwinistas, sociobiológicas y de todo tipo. Resulta un poco pesado el pobre, y obsesionado con la ciencia. Se supone que está definido así para hacer contraste con el otro personaje, el de Parry, que tiene dos pasiones, Dios y Joe, el periodista científico.
Parry está obsesionado con Joe. Le envía cartas larguísimas en las que le manifiesta no solo su amor sino también su convencimiento de que Joe solo se está haciendo de rogar, y le pide que sea valiente y no le haga sufrir. Es un poco cursi el chico. Hay al menos dos cartas en la novela del chiflado. Y lo peor es que luego hay otra de la novia del periodista, Clarissa, que tiene el mismo tono que la de Parry. Creo que McEwan no ha sabido definir dos voces narrativas distintas para su novela, que es por lo demás, sosa y plana.
La pasión de Parry y el acoso a que somete a Joe están contados de un modo que no emociona ni sorprende. El autor además, comete la imprudencia de tratar de engañar al lector con ciertas alusiones que podrían hacer pensar que Joe se está inventando todo (Clarissa no le cree, ve que la letra de las cartas del otro es similar a la suya, no oye los mensajes del contestador…). Si así fuera podría resultar incluso interesante, pero todo es bastante obvio. Además, introduce el asunto de su sentimiento de culpa por haber soltado las cuerdas del globo (lo cual propició la muerte de un tal Logan). Incluso va a visitar a la viuda, que está obsesionada con que su marido tenía una aventura con otra mujer, que vio todo y que no da la cara. Luego se descubre que no es así, aunque la subtrama no tiene interés y no se sabe muy bien a cuento de que viene.
El argumento resulta un poco rocambolesco. Tanto que el autor, sabedor de lo poco creíble de la historia, incluye unos anexos al final donde explica el historial clínico del paciente afecto del síndrome de Clèrambault (erotomanía), además de una bibliografía con libros sobre el trastorno psiquiátrico. No es que la enfermedad no sea creíble, que de todo hay, es que está contado de un modo muy poco convincente, que llega al colmo cuando tratan de atentar contra la vida de Joe unos asesinos a sueldo contratados por Parry, y se equivocan y matan a otro.
En la contraportada, se hace mención a las críticas que ha recibido esta novela, y se dicen cosas como: "con una sutil ironía y su peculiar gusto por la comicidad más ominosa". En realidad, las situaciones son cómicas, pero están contadas como si no lo fueran, lo cual hace que le humor no se vea por ningún sitio. Quizás si Tom Sharpe hubiera tomado este argumento hubiera hecho algo más vivo y con más gracia. También dice la contraportada: "una historia llena de suspense contada con inteligencia y vigor". Bueno, bueno… Suspense yo no he visto ninguno. Parry estaba loco y se sabía desde el principio. Las escenas dramáticas del final, no destacan.
Las intervenciones de Parry, centradas en el "amor" que siente por Joe, son repetitivas, ya que siempre le dice lo mismo. Ahí si podría haberse sacado partido desde el punto de vista humorístico, pero McEwan pasa de todo.
También se narra la degradación de la relación entre Clarissa y Joe, que podría ser más interesante.
Un final con tintes algo peliculeros remata una novela que es la versión literaria e "inglesa" (en toda la extensión de la palabra) de la Atracción Fatal cinematográfica de Adrian Line, solo que más aburrida y sin morbo, claro.
La prosa es buena, solemne, seria y plagada de toques culturales (alusiones a Keats, Wordsworth y otros poetas)
Al parecer, hay versión cinematográfica de la novela…
Obras del autor:
Primer amor, últimos ritos (First Love, Last Rites, traducción de Antonio Escohotado). Barcelona: Editorial Anagrama, 1989
Entre las sábanas (In Between the Sheets). Barcelona: Editorial Anagrama, 2000
El inocente (The Innocent, traducción de Maribel De Juan). Barcelona: Editorial Anagrama, 1991 .
Los perros negros (Black Dogs, traducción de Maribel De Juan). Barcelona: Editorial Anagrama, 1993
Niños en el tiempo (The Child in Time, traducción de Javier Fernández de Castro). Barcelona: Editorial Anagrama, 1999 (
En las nubes (traducción de Juan Gabriel López Guix). Barcelona: Destino, 1995
El jardín de cemento (traducción de Antonio-Prometeo Moya). Barcelona: Tusquets, 1982 .
Amsterdam (traducción de Jesús Zulaika). Barcelona: Destino, 1999
Amor perdurable (Enduring Love, traducción de Benito Gómez Ibáñez). Barcelona: Editorial Anagrama, 1998
El placer del viajero (The Comfort of Strangers, traducción de Benito Gómez Ibáñez). Barcelona: Editorial Anagrama, 1982
Expiación (Atonement, traducción de Jaime Zulaika). Barcelona: Editorial Anagrama, 2002
http://reginairae.blogcindario.com/2005/08/00207-amor-perdurable-de-ian-mcewan.html
Juan Sin Letras. Una cruzada literaria.
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