Woldemar, Friedrich Heinrich Jacobi

Novela filosófica del escri­tor alemán Friedrich Heinrich Jacobi (1743- 1819), publicada en 1772 y ampliada en 1794. La edición de 1794 está dedicada a Goethe. Es una novela ante la cual no se puede ha­blar de una verdadera trama, sino mejor, de situaciones.

Su asunto es muy sencillo: el viejo industrial Hornisch tiene tres hijas; mientras Carolina se casa con Dorenberg, la otra, Luisa, lo hace con el amigo íntimo de éste, Biderthal. La tercera, Enriqueta, consigue dar al hermano de Biderthal, el atormentado Woldemar, que va de crisis en crisis, su momento de equilibrio. Pero el anciano padre de ella, hombre positivo, mira con malos ojos esta amistad que se va ha­ciendo cada vez más íntima y ardiente, y en su lecho de muerte hace jurar a su hija que nunca se casará con Woldemar. Este juramento causa una profunda crisis en su hija, que todavía no había pensado en ca­sarse con el joven y hasta había combinado el matrimonio de éste con su amiga Alvina: ahora le parece haber profanado el templo sagrado de la amistad espiritual. Y Wolde­mar, que se entera de todo, se trastorna a su vez y se ve atacado de complicados paro­xismos de escepticismo que parecen condu­cirle al borde de la locura.

Esta situación ofrece al autor la ocasión de hacer entrar a sus personajes en interminables discusiones filosóficas que pesan sobre la acción y la interrumpen. Disputan sobre el valor de la virtud, hundiéndose en un mar de ejemplos clásicos, acerca de la necesidad de un abso­luto, que provenga de lo íntimo de cada cual, para dar valor universal a la verdad. Enriqueta representa el «tú» necesario para el desenvolvimiento del «yo» de Jacobi. Woldemar anda continuamente buscando ese momento eterno y divino que se manifiesta en el alma, y que es al mismo tiempo el principio de toda libertad ética. Pero solamente lo halla cuando en su desesperada investigación de sí mismo consigue despo­jarse de su «yo» y reflejarse en el alma purísima de su amiga Enriqueta, que es su «tú».

Sólo entonces -siente que es verdadero hombre, que se da cuenta de sí mismo y de Dios. Desde el punto de vista literario Waldemar carece de vitalidad; sus personajes, rígidos y sin rostro, respiran un aire irreal; sólo algunas descripciones de paisajes son sentidas con una finura que denota verda­dera adhesión a la naturaleza. Desde el punto de vista histórico la novela es, en cambio, importante por su posición inter­media entre el «Sturm und Drang» y el deísmo racionalista de Berlín. También en­tre la moral kantiana y la de la Ilustración busca Jacobi un término medio, y se salva en el culto del «alma bella» con una orien­tación, que, sobre un elevado plano de pen­samiento y con perspectivas diversas, será más tarde reanudada por Goethe, Schiller y los románticos.

G. F. Ajroldi