[The Life of P. T. Barnum written by himself]. Autobiografía del empresario norteamericano Phineas Taylor Barnum (1810-1891), publicada en 1854, simultáneamente en Inglaterra y América.
La figura de Barnum ha pasado a personificar el tipo del charlatán, del montador de barracones, pero, detrás de la narración de una carrera venturosa y sin riesgo, su autobiografía reproduce, en ciertos aspectos, los rasgos definitivos de la fisonomía de toda una época, en que a la moral puritana, caracterizada por el rigor calvinista y la opresión psicológica, se mezcla el gusto de la impresión violenta, con la sobreexcitación y la excentricidad de todo género. Organizador de loterías, empleado, periodista y finalmente expositor de monstruos y de fenómenos vivientes de toda especie, en su autobiografía pinta la carrera de un «self-made man» con una mezcla de presunción y humorismo típico del espíritu «yankee».
Los fenómenos que maravillaron a millares y millares de personas se nos presentan desprovistos de sus trucos: la negra Joice Heth, presentada por Barnum a las muchedumbres como la nodriza de Jorge Washington, cientosexagenaria (en realidad no tenía más de ochenta años); el hombre pez, colosal mixtificación; el enano Tom Thumb, que hasta los soberanos de Inglaterra y de Francia desearon admirar; a Jenny Lind, el «ruiseñor sueco», y muchísimos números de aquel museo nómada, con su anexo de circo, que fue en cierto sentido la coronación de la carrera de Barnum, como la adquisición y organización del Museo americano de curiosidades había sido su comienzo.’ En suma, pone al descubierto el escenario de un mundo que para la mayoría es oscuro y misterioso, y debe ser así porque a menudo se funda en el truco y la charlatanería.
A menudo, pero en el caso de Barnum no tan a menudo como podría pensarse; porque la causa de sus éxitos no se ha de buscar tanto en los embrollos y falsificaciones, cuanto en su conocimiento del espíritu de la multitud y en el modo habilísimo con que la arrastraba hacia sí, valiéndose sobre todo de una publicidad conducida con prudencia, decisión e inteligencia. Variadísimos e inimaginables son los medios con que preparaba al público ante la presentación de un fenómeno determinado, manteniendo vivo el interés durante la misma representación, y reavivándolo cuando parecía que decaía. Y de esta su habilidad, como de su vida en general, nos habla con orgullo; pero su inclinación a ver el lado cómico de todo y de todos, incluso de sí mismo, y su «charlatanería» (en la que se entretiene y de la que se chancea frecuente y libremente) no le impiden la íntima satisfacción de sí mismo, la conciencia, en realidad bastante exagerada, de haber tenido parte muy notable en la vida de su tiempo.
De esta posición psicológica del autor proviene el que la obra tenga aquel sabor exquisitamente americano y aquel sentido de la realidad brutal que hacen que su autobiografía haya alcanzado en cierto modo también un valor puramente literario. De todas maneras, es innegable su interés como documento de fuerte significación.
M. R. Posani