[Une fille d’ève]. Narración de Honoré de Balzac (1799-1850), publicada por primera vez en 1834 y más tarde en 1838, considerablemente retocada.
Las dos hijas del conde Granville fueron criadas por su madre con una austeridad escrupulosa y exagerada que no las preparó para la vida mundana a la que se encuentran lanzadas después de sus matrimonios. Una, María Eugenia, está casada con el gran banquero Fernando Du Tillet, que esconde bajo su jovial y fastuosa apariencia un alma cruel y tiránica. A María Angélica, en cambio, le ha tocado en suerte un marido algo mayor que ella, Félix de Vandenesse, que, llegado al matrimonio tras una juventud de don Juan, la rodea de una ternura casi paternal. Pero la joven esposa se deja prender por el apasionado galanteo de un periodista y literato de moda, Raúl Nathan. Éste, a su vez, ha estado ligado varios años a la actriz Florina y es socio y víctima del banquero Du Tillet y de su digno compadre, el barón Nucingen, en una arriesgada especulación periodística. Nace así una situación asaz compleja, en la cual el amor de Angélica y Nathan (que en realidad es una pasión típicamente cerebral) se complica y está a punto de arrastrar a la mujer al pecado y al escándalo. Por fortuna, interviene a tiempo el marido, comprensivo e indulgente, quien salva a Angélica de todo peligro y la reconquista por completo con su talento superior y afectuoso.
En su complicada brevedad, esta obra evita el peligro, común a tantas otras novelas de este tipo, del excesivo abandono a sentenciosas prédicas sociológicas o moralizadoras; el vasto cuadro se reduce sabiamente a un juego penetrante y ligero, y la escena final tiene toda la exquisita desenvoltura de las grandes comedias de costumbres. La narración puede contarse entre las obras más felices y mejor logradas de Balzac, ya que no entre las más importantes. [Trad. de Joaquín García Bravo (Barcelona, 1904)].
M. Bonfantini