[Trilogie dramaticá]. Obra teatral del escritor rumano Delavrancea (pseud. de Barbu Stefanescu, 1858-1918), formada por los dramas: Atardecer [Apus de soare, 1909], El Huracán [Viforul, 1909] y El astro [Luceăfărul, 1910]. El primero presenta el período final de la vida de Esteban el Grande.
La acción se desarrolla en Bucovina en 1503. Extenuado y envejecido, enfermo a consecuencia de una antigua herida en un pie, Esteban sostiene, sin embargo, la guerra contra los polacos y sale de ella victorioso. Mas los boyardos no aprueban que él haya elegido como sucesor a su hijo Bogdan y traman una conjura. La descubre Esteban y, sin decir nada, manda reunir el consejo; al borde de sus fuerzas, evoca todas sus obras, demuestra la necesidad de un heredero digno y, después de haber revestido él mismo a su hijo con las insignias reales, cae en brazos de su esposa y de su médico. El segundo drama tiene como protagonista a Stefănită, sobrino de Esteban. Sanguinario y violento, el príncipe mantiene fuerte pugna con los boyardos, capitaneados por Luca Arbore, porque contra la voluntad de éstos trata de encender la guerra con los polacos, sólo porque el rey se ha negado a concederle como esposa a su hija. Stefănită hace matar alevosamente al hijo de Arbore durante una cacería; después condena a muerte al propio Arbore y a otros seis boyardos; pero él mismo es envenenado por su mujer Stana, que ha descubierto que el príncipe le ha sido infiel con Irina, una polaca que se presentó disfrazada de hombre.
El tercer drama trata de los comienzos del reinado de Petru Rares, hijo ilegítimo de Esteban el Grande. Se presenta una noche iluminada por un espléndido astro, ante las puertas de Suceava, donde espera ser nombrado soberano por los boyardos. Petru renueva la guerra contra los polacos, pero los boyardos se niegan a seguirle; cuando el ejército de Solimán avanza, lo abandonan y él se ve obligado a retirarse a su castillo de Ciceu en Transilvania. Al ser publicada, la Trilogía alcanzó un verdadero triunfo, y Delavrancea fue considerado como el creador del teatro histórico nacional.
G. Lupi