Tratados de Apolinar, Apolinar de Laodicea

Apolinar de Laodicea, que vivió entre 310 y 392, fue escri­tor prolífico e incansable. Su teología tri­nitaria fue muy sospechosa, especialmente para los llamados padres capadócicos, San Basilio de Cesarea, San Gregorio Nacianceno, San Gregorio de Nisa, que en la segunda mitad del siglo IV se dedicaron a dar una interpretación equilibrada de las definicio­nes de Nicea, igualmente alejada de los excesos del sabelianismo de Marcelo de Ancira que del subordinacionismo de Arrio.

Condenado por el Concilio ecuménico de Constantinopla, Apolinar, reconocido como obispo por la comunidad de sus partidarios, no podía pretender una conservación inte­gral de sus obras, en la tradición manus­crita de la Iglesia oriental. Por esto sólo tenemos unos fragmentos que nos mues­tran cuán variada era la producción de Apolinar, aumentada más tarde por obras espúreas que divulgaban sus partidarios con su nombre. Tenemos fragmentos de nume­rosos tratados suyos, entre los que seña­lamos un comentario al Antiguo y al Nuevo Testamento; un escrito polémico contra el filósofo Porfirio; otro escrito polé­mico contra Juliano el Apóstata, titulado La Verdad; escritos polémicos contra sus enemigos en teología, Eunomio de Cízico, Marcelo de Ancira, Diodoro de Tarso, Flaviano de Antioquía, Dionisio de Alejandría. Los tratados de Apolinar fueron objeto de una amplia refutación por San Gregorio de Nisa.

E. Buonaiuti