[Trattato della sanità]. Con este título es conocido el Tractato utilissimo circa la conservazione della sanitade, de Ugo Benzi de Siena (alrededor de 1360-1439), impreso en 1481.
Es uno de los primeros textos de medicina escritos en lengua vulgar y ofrece un verdadero tratado de higiene. Remitiéndose a las enseñanzas de la medicina hipocrática, de la cual hizo un comentario famoso, Benzi comienza afirmando que la salud del cuerpo reside en la armonía del espíritu. La condición primera de la salud es, por lo tanto, la virtud y la templanza. Entre las causas exteriores tiene gran importancia el aire sano y vivir en lugares ventilados. Así como nos debemos guardar de los calores estivales, se debe tener cuidado que en la calefacción invernal las habitaciones no se vicien con la lumbre, porque podrían producir fatales efectos. Habla después de la utilidad del movimiento, porque, según afirma, la quietud superflua y ociosa debe esquivarse como enemiga de la salud: como el hierro se consume por la herrumbre, el cuerpo humano se marchita con el ocio.
Con todo, al enumerar los diversos ejercicios y los baños, recomienda un reposo alternado con el movimiento y el ejercicio del cuerpo, poniendo en proporción el sueño con las vigilias, cuyos excesos, sin embargo, deben evitarse; lo cual le induce en el cuarto capítulo a detenerse particularmente en la regulación de la nutrición y de la purga, porque, dice él, la conservación de la salud prohíbe evacuar lo que se debe retener y retener lo que se debe evacuar, y porque en nuestros países no se halla casi nunca un cuerpo que no necesite ayuda de la medicina. Y aquí prescribe diversos medicamentos y recetas para el cuidado del estómago, etc. En el quinto capítulo aconseja reglas para comer y beber, una y otra cosa medidas según la tolerancia de la virtud: nosotros no vivimos para comer, sino que comemos para vivir; y, según los antiguos, se sabe por experiencia que la peor es la comida que genera náusea o angustia; después de lo cual Benzi pasa a describir los efectos de la mala digestión, y el modo de regular la alimentación según las circunstancias.
En los capítulos siguientes enumera gran cantidad de condimientos, manjares e ingredientes: manteca, frutas, hortalizas; uso y sazonamiento de la carne, etc. El último libro distingue los alimentos que engordan de los que adelgazan, y aconseja a este propósito diversas recetas. Otros capítulos están dedicados a la habitación, al dormir, al beber, etc. El tratado termina con un índice alfabético de todas las cosas expuestas, o sea unas cien voces. Benzi, que enseñó en las más famosas escuelas italianas, desde la de Pavía a la de Bolonia, y fue médico del rey de Francia, enlaza en este tratado con las tendencias naturalistas de la escuela de Salerno, adhiriéndose al general retorno al estudio de las leyes de la naturaleza que se registró en su época, con la rica contribución de una experiencia basada en largas y repetidas observaciones y de un vivo entusiasmo por las fuerzas de la vida.
P. Pagnini