[Tractatus de latitudinibus formarum]. Obra científica del filósofo francés Nicole d’Oresme (13309-1382), escrita en 1361, publicada en 1482, y varias veces reimpresa.
Científica e históricamente importante, expone por vez primera, aunque de un modo rudimentario, el sistema de representar gráficamente unas funciones mediante coordenadas rectangulares. Durante mucho tiempo se atribuyó a Descartes este método, que conocieron ya los arquitectos egipcios, Hiparco de Nicea y los romanos, quienes, al fundar una ciudad, tenían la costumbre de trazar dos surcos perpendiculares entre sí, a los que referían las futuras posiciones de casas, plazas y calles. Con esta premisa se puede considerar la importancia de la obra de Oresme, en cuyo título, con la palabra «forma», sacada de la tradición aristotélica, se entiende «contraposición de la materia», es decir, «principio capaz de dar forma al mundo». Oresme define con la palabra «forma» cualquier fenómeno dependiente de una variable y en el que se presentan dos magnitudes llamadas «longitudo» y «latitudo».
Oresme representa gráficamente todos los fenómenos con ese sistema que hoy sirve para indicar las variaciones de la temperatura o del coste de una mercancía. La latitud puede ser «uniforme» o «disforme»: en el primer caso tenemos un gráfico que corresponde a una recta paralela al eje elegido; en el segundo caso puede haber una «latitudo secundum se totam difformis» cuando el gráfico está constituido por una sola línea, o una «latitudo secundum partem difformis» cuando el gráfico está formado por distintas porciones, algunas de las cuales son segmentos paralelos al eje elegido. La investigación moderna ha descubierto en esta obra una alusión al espacio de cuatro dimensiones. La obra de este gran matemático francés, demasiado elevada para el pensamiento científico de su época, no dio a la ciencia el incremento que hubiera podido darle aunque fue bastante divulgada en la baja Edad Media y a principios del Renacimiento.
A. Uccelli