Las composiciones transcritas y corregidas por Ferruccio Busoni (1866-1924) son aproximadamente un centenar y pertenecen a diecisiete autores distintos, de Bach a Schonberg, de Mozart a Brahms, de Beethoven a Schubert.
Por lo que se refiere a la transcripción, los estudios más cuidados de Busoni son los dedicados a Bach, de cuyas obras existen en su revisión dos colecciones distintas: la Busoni Ausgabe, que recoge en veinticinco volúmenes la obra pianística del compositor alemán, y a la que colaboraron también Egon Petri y Bruno Mugellini, y la Bach– Busoni Ausgabe, que recoge en veinticinco los dos volúmenes del Clave bien temperado (v.) y otros cinco volúmenes de transcripciones, elaboraciones y composiciones libres al estilo de Bach. Estas revisiones se refieren tan sólo a la obra instrumental de Bach y excluyen las composiciones de carácter más propiamente religioso, como las cantatas, las misas y las pasiones; revelan, especialmente en los dos volúmenes dedicados al Clave bien temperado, una comprensión profunda de los problemas de la invención musical y una extraordinaria habilidad en saber adecuar los sonidos y los planos arquitectónicos, creados para el antiguo instrumento, al piano, con sus distintos timbres y sus diversas posibilidades sonoras.
Es admirable la habilidad que demuestra Busoni en las transcripciones para piano de las obras organística de Bach. Busoni, que penetró hasta el fondo la esencia del espíritu de Bach, elige como elementos constitutivos de su música el carácter y la forma, y excluye los de naturaleza sentimental y psicológica sobre los que se habían detenido de un modo particular los transcriptores del siglo XIX. Partiendo de este principio capta los caracteres esenciales del pensamiento de Bach, autor unitario en todas sus obras y que muchas veces se sirvió del órgano como medio de expresión, no porque éste fuera el medio más adecuado, sino porque faltaba el instrumento que pudiera expresar sus ideas con toda su potencia y color. De ahí que sean tan fieles y rigurosas las transcripciones de las obras organística, entre las que mencionamos de un modo particular la serie de los diez preludios-corales, los dos preludios y fuga (en mi bemol mayor y en do mayor); las dos «tocata y fuga» en mi bemol menor y en do mayor. La más vigorosa realización de Busoni es la transcripción para piano de la famosa Chacona (v.) para violín, que ganó en grandeza y esplendor, sin perder nada de la delicada ligereza y de la fluidez de timbre que son propias de la cuerda.
L. Fua