Ensayo crítico de Eugenio Donadoni (1870-1924), publicado en 1920. Escrito con gran amor e inteligencia, trata principalmente de oponer a los manidos tópicos de un Tasso convencional y abstracto (como resultaba de los numerosos libros anteriores), la imagen o, mejor dicho, la intuición de un Tasso vivo.
A través del análisis de los elementos espirituales que determinan las diversas obras del poeta, Donadoni busca especialmente su personalidad y llega a perfilar su historia interior. Más que a su epistolario, que no obstante constituye un notable documento psicológico, Donadoni recurre a sus obras poéticas, que permiten comprobar la unidad sustancial del alma del poeta, la lógica efectiva que está debajo de la aparente incoherencia de sus varias aventuras espirituales. Donadoni considera así las múltiples facetas del carácter de Tasso: la aguda conciencia de sí mismo, el delirio de gloria y de grandeza (visible también en las tentativas de suicidio, más que nada llevadas a cabo con el fin de llamar la atención del mundo sobre su persona) y, al mismo tiempo, la falta de aquel amor propio que es la nota indestructible del hombre moral, un amoralismo sombrío y rebosante de elementos espirituales y sostenido por sutilezas dialécticas, la apatía y la ausencia de un sentimiento que no sea egoísta, la conciencia de su grandeza y su misión, su vivir en un mundo fantástico, en una atmósfera de ensueño, y su apariencia minúscula, mezquina, cuando se agita en la vida real, a la que sin embargo no sabe renunciar completamente y por cuya conquista se envilece a veces hasta llegar a ser un vulgar adulador.
El autor ve en Tasso al primer poeta italiano, víctima o mártir de sus dotes fantásticas y sentimentales, la primera encarnación del poeta puro, frente al cual el mundo de la realidad se alza como una antítesis o una hostilidad. El examen de Aminta (v.), de Rinaldo (v. Los cuatro hijos de Aimón), de la Jerusalén libertada (v.), de la Conquistada (v.), es conducido casi exclusivamente con la intención de una reconstrucción psicológica; el interés estético es algo secundario en Donadoni, o mejor dicho, funcional. Sin embargo, su crítica resulta muy viva y unitaria, la personalidad de Tasso queda, en efecto, situada, en este largo estudio, en una luz completamente nueva.
L. Fubini