Es la más importante obra bizantina, de los tiempos del emperador Justiniano, debida a Cosme Indicopleuste, probablemente un alejandrino que, después de viajar largamente como mercader por Asia y África, se retiró, después de la primera mitad del siglo VI, a la vida monástica en el monte Sinaí.
El trabajo, desprovisto de valor en la compilación cosmológica, anticuada hasta respecto a sus tiempos, revela, en la parte descriptiva, la viva y directa experiencia y el espíritu eminentemente práctico del autor, quien, rechazando las descripciones fabulosas y fantásticas, entonces en boga incluso en los escritos de carácter científico, se limita a la pura realidad, evitando, en la forma, todo atractivo de expresión y empleando un griego que se acerca al popular. La obra, si bien no gustó a los sabios, tuvo una gran difusión y llegó a ser popular también en otros países, constituyendo una fuente de noticias preciosas en los siglos posteriores; muestra de ello son unas versiones en es-lavo.
Lo más importante es la descripción de un trono de mármol con dos inscripciones, que se hallaba en la ciudad de Adula (al sur de Masaua); una de ellas informa de expediciones y conquistas de Tolomeo III Evergetes; en la otra un rey de Axum exalta sus conquistas en griego barbárico. Es, por lo tanto, una de las fuentes principales para la historia de la antigua Etiopia.
C. Brighenti