Tocata de Robert Schumann

Esta pieza para piano, op. 7, de Robert Schumann (1810- 1856) data de 1830. Al revés de la sonata clásica, no comprende más que un frag­mento.

Escrita en la tonalidad de «do ma­yor», comienza con dos compases de intro­ducción, sigue luego en dobles notas con la línea melódica en la partida superior, mien­tras que la baja está escandida fuera de compás. El ritmo se distiende. Un segundo período cálido y lírico nace en las notas bajas. El primer tema se repite en «la me­nor» y, sobre un eco de los dos compases iniciales, se vuelve a exponer la Tocata, siguiendo luego brillantes variaciones que desembocan en un crescendo prolongado. La coda recoge un sentimiento más cal­mado con una breve alusión al segundo tema. Esta Tocata es, en realidad, una obra de virtuosismo, pero permite medir la importancia de la revolución aportada por Schumann al arte pianístico.

La línea melódica ya no es en él, como lo era en sus predecesores, netamente distinta de la ar­monización, sino que se halla estrechamente fundida con ella. El ritmo llega a ser un elemento esencial de expresión. Schumann fue uno de los primeros compositores que exploró este inmenso campo. Su estilo, como su escritura, fueron los factores deter­minantes de la evolución de la técnica pia­nística. Pero jamás Schumann se preocupó únicamente del virtuosismo. Con ésta com­puso una de sus tres raras obras de músi­ca pura.