La historia de Troilo y Criseida de Chaucer fue tratada también por un seguidor suyo, el escritor escocés Robert Henryson (14259-1500?) en el famoso Testamento de Criseida [The testament of Cresseid], impreso en 1593.
Diómedes, cansado de Criseida, la abandona, y ella se refugia junto a su padre y se lamenta de su suerte ante Venus y Cupido, mientras se convierte en amante de más de un griego. Los dioses se reúnen en consejo para decidir el castigo que sus blasfemias merezcan. Saturno le arrebata la alegría y la belleza, y Diana hace que enferme de lepra. Ella se sienta a un lado de la calle con su escudilla de leprosa y Troilo, que no ha muerto, pasa con una compañía de caballeros troyanos victoriosos. Criseida no lo reconoce, pero recibe la limosna de él y comprende quién es por las palabras de sus compañeros de desventura, que se asombran de los ricos donativos y del interés de Troilo por Criseida. Arrepentida, ella hace testamento y muere; un leproso lleva a Troilo una sortija que él le había regalado.
El poema está escrito en la misma «rhyme-royal» del poema de Chaucer, estrofa de siete versos decasílabos, rimados a, b, a, b, b, c, c. Henryson se propone hacer más moral el final del poema de Chaucer, y atribuye a Criseida una muerte que le parece más justa; con un realismo preciso que tiene tanta importancia para él como su fin moral, narra su historia en un estilo digno de la armonía del de Chaucer.
A. Camerino