Teoría de los Números, Adrien-Marie Legendre

[Théorie des nombres]. Obra del matemático Adrien-Marie Legendre (1752-1833), publicada en 1831. En 1785, Legendre leyó en la Academia de Francia una primera y amplia memoria sobre la teoría de los números (o aritmé­tica superior), que ya contiene el célebre teorema de reciprocidad, conocido hoy con el nombre de «ley de Legendre».

Sin em­bargo, la obra fundamental de la que aquí hablamos — y que resume todo lo que Legendre ya había escrito sobre las mismas cuestiones — fue editada en 1830, des­pués de la publicación de las Investiga­ciones de análisis indeterminado (1785) y un Ensayo sobre la teoría de los números (1798), reimpreso con dos suplementos en 1808. La obra es de una importancia fundamental, y se puede decir que ningún sabio anterior dejó una huella tan profunda en este campo de las matemáticas: y la aritmética superior ha tenido cultivadores excelsos, desde Euclides (libros 7, 8, 9 de los Elementos, v.) a Diofanto, Fermat, Euler y Lagrange. So­lamente las Disquisitiones arithmeticae de Gauss (v. Obras de Gauss) se pueden com­parar con la obra de Legendre.

Y si los pioneros de la teoría de los números se habían ocupado de los primeros problemas relativos a la composición de los números enteros por suma o producto, o por combi­naciones dadas de estas dos operaciones, precisamente con Legendre y Gauss encuen­tran una sólida base científica la «teoría de las congruencias» (dos números a y b se dicen congruos entre sí según un tercer número natural m llamado «módulo», y se escribe a~b (mód. m), si a — b es divisi­ble exactamente por m), «el análisis inde­terminado de primero y segundo grado» (su problema fundamental consiste en la indagación de las raíces «enteras» de una ecuación indeterminada de primero o .segundo grado, como ax by = c, es decir ax2 + 2bxy + cy- = d, y análogamente para los «sistemas»). Al principio Legendre se limitó a desarrollar las contribuciones de Euler y de Lagrange, pero más tarde — y desde 1785, como ya dijimos — siguió una orientación original que le llevó pronto a esa «ley de Legendre», tan rica en conse­cuencias y aplicaciones en la teoría de los números.

Según dicha ley, si m y n son dos números primos cualesquiera, y si —mediante ellos — se forman los números y se dividen los resultados obtenidos res­pectivamente por n y por m, se obtendrán siempre unos «restos» iguales a la unidad (positiva o negativa). Gauss, Jacobi. Genocchi, Kroneker y otros dieron más tarde nuevas demostraciones de este fundamental teorema, que está en el centro del estu­dio de las llamadas congruencias cuadráti­cas de una incógnita, es decir de la forma x + ax + b = 0 (mód. m).

U. Forti