[On Translating Homer]. Ensayo crítico del escritor inglés Matthew Arnold (1822-1888), publicado en 1861, después de haber servido para unas conferencias que Arnold pronunció en Oxford como profesor de poesía. Admirador de la cultura griega, Arnold afirma que el traductor de Homero no puede tratar de producir sobre los lectores modernos la misma impresión que el original produciría sobre los griegos, ya que esta impresión se nos escapa por completo.
El fin de la traducción ha de ser el de dar la misma sensación que el texto produce al moderno lector culto. Arnold define a Homero rápido en el movimiento, llano en las palabras y el estilo, sencillo en las ideas, noble en su modo poético. Discute la oportunidad de una estricta fidelidad al texto, examina y critica las traducciones inglesas de Chapman, Cowper, Pope, Newman, Hawtrey y otros. Una contestación de Newman le dio ocasión de remachar sus argumentos en una réplica titulada últimas palabras [Last words]. La tendencia a hacer del análisis filológico un instrumento de íntima comprensión de la poesía se expresa en este ensayo con determinación, claridad de ideas y abundantes ejemplos. Dotes tanto más notables si se considera que brotan, más que de una rigurosa disciplina y un largo aprendizaje, de una intuición, que se hace persuasiva por la simpatía, que es uno de los puntos fuertes del Arnold crítico, y causa de la profunda resonancia que en él tuvo aquel «helenismo» propuesto a sus compatriotas como síntesis de una cultura hecha de libre inteligencia, dulzura y luz.
En este ensayo, justamente famoso, se pueden vislumbrar los motivos por los cuales Arnold, que no fue un revolucionario, inauguró sin embargo una escuela, aunque sus simpatías y antipatías provocaron a veces errores de juicio y valoración, y aunque sus ideas, muy ciarás- y algo perentorias, hicieron a veces que la sustancia del pensamiento dominara sobre el juicio más propiamente estético.
S. Rosati