PRIMERA PLANA, la obra de teatro en que se basó la película (Ber Hecht Y Charles McArthur)

Cartel de la película

Cartel de la película

Comedia en tres actos de los autores estadounidenses Ber Hecht (1894-1974) y Charles Mac Arthur (1 19S-1956), estrenada en 1928 en el Times Square Theatre de Nueva York.

EarI Williams, un extravagante anarquista, ha dado muerte, en Chi­cago, a un policía de color y ha sido condenado a muerte.

La cárcel en la que debía ser ahorcado, y de la que consigue evadirse gracias a la estupidez del sheriff Hatmann la noche antes de su ejecu­ción, se encuentra cerca de la sala de prensa del palacio de justicia de Chicago, siendo esencial­mente en esta sala donde se desarrolla la comedia. Poco después de la fuga de Williams, llega la orden de aplazamiento de la ejecución. Pero el alcaide y el sheriff necesitan un Williams muerto, para así poder ganar los votos de la población negra. Por lo tanto, les ordenan a sus hombres que disparen a matar contra el evadido.

Hildy John­son, uno de los muchos periodistas autorizados a presenciar la ejecución, descubre por casualidad que Williams se ha ocultado en la sala de prensa. Oliéndose la posibilidad de escribir un artículo sensacional de primera página, Johnson se con­vierte en el protagonista de una serie de aventuras turbulentas que concluyen felizmente para todos los protagonistas.

Paralelamente a estos aconteci­mientos, también asistimos al inútil intento, por parte del periodista, de retirarse de este oficio al que está ligado por una relación de odio-amor, y volver a iniciar una tranquila vida burguesa con la mujer a quien descuida desde hace demasiado tiempo. Los acontecimientos melodramáticos se prestan a una representación escénica de la vida del periodista, que busca constantemente novedades, impreca, bebe y transcurre las largas esperan jugando a las cartas.

La vida de los periodistas en seguida a lo largo de una noche excitante, pero ni siquiera demasiado extraordinaria, para hombres de su especie. Los autores se proponen poner en evidencia su falta de escrúpulos y su desfachatez, pero también su tesón, su sentido del humorismo y la sensibilidad indispensable para procurarse noticias. Pero lo que al principio parecía querer ser un análisis profundo del oficio de periodista (que H. y M.A. conocen perfectamente por expe­riencia personal), muy pronto se convierte en una obra de realismo superficial. En efecto, la come­dia es una evocación idealizada de su propia pro­fesión, hecha, por dos ex periodistas.

Los mismos autores acaban admitiéndolo así en el epílogo. Los personajes y las aventuras presentadas en esta tragicomedia se basan en clichés estereotipados, pero la obra se salva gracias a su diálogo, vivo, insolente e ingenioso, que caracteriza el ambien­te. Primera página tuvo un gran éxito tanto en el teatro como en la pantalla. Actualmente, puede resultar interesante comparar esta obra con los primeros ejemplos de los llamados “escritos de denuncia”, trabajos que revelan los manejos de algunos profesionales y especialmente de los pe­riodistas, la gente del espectáculo, los policías y los boxeadores.

Importantes obras de este género fueron escritas a continuación por varios autores, entre los cuales recordaremos a Clifford Odets, Sidney Kingsley y Bud Schulberg. J. v. Ge.