La figura de la esposa de Ulises (v.), imagen no del amor, sino de la fidelidad a la palabra dada, no ha despertado en torno de la firmeza sin pasión de su carácter, que sin embargo asoma vivísima y verdadera en las páginas de la Odisea (v.), ninguna tradición literaria, sino solamente una débil tradición musical, de la que pocas son las obras dignas de mención. Recordemos la de Antonio Draghi (1635-1700), Viena, 1670; Nicola Jommelli (1714-1774), Stuttgart, 1754; Nicola Piccinni (1728-1800), París, 1785, y Domenico Cimarosa (1749-1801), Nápoles, 1794; todas ellas tituladas Penèlope.