«Moderato cantabile» es un tiempo de la sonatina de Diabelli que el hijo de Anne Desbaresdes toca con su profesora de música, Mlle. Giraud. Un día, la lección es interrumpida por un largo grito. En el café de debajo de la casa de Mlle. Giraud ha sido cometido un crimen. Anne Desbaresdes ve al asesino abrazar el cuerpo de la mujer a la que acaba de asesinar repitiendo «amor mío, amor mío».
Se bebe un vaso de vino e interroga a la propietaria del café acerca del crimen. A la conversación se une un obrero, Chauvin, que trabajó en la empresa de importación y exportación del marido de Anne y que ha presenciado el drama. Cada día, a partir de entonces, Anne vuelve a ese café para verse con Chauvin.
Juntos beben e imaginan la historia de amor imposible de la mujer asesinada. Entre ellos no existe nada más que la construcción de esta historia a través de la cual, sin embargo, acaban por descubrir su recíproco deseo. Con todo, no conseguirán aproximarse y Anne renunciará a sus visitas al café.