El compositor y musicólogo catalán Felip Pedrell (1841-1922) puso música a la trilogía Los Pirineus [Los Pirineos] de Víctor Balaguer, convirtiéndola en ópera.
Iniciada su redacción en 1890, se estrenó el prólogo en Venecia en 1897 y, completa, en el Teatro Liceo de Barcelona el día 4 de enero de 1902. En el prólogo, que se desarrolla en un ambiente típicamente romántico, «lo bardo dels Pirineus», «figura venerable» que se nos representa vestido con la «túnica blanca de los bardos celtas» y llevando en la mano «el arpa de oro», evoca, en un amplio himno que destaca sobre una escenografía de cánticos misteriosos de monjes, inquisidores, almogávares, etc., las glorias y desventuras de su tierra pirenaica, dando una síntesis anticipada de lo que será la base temática y espiritual de la trilogía. Las tres partes que la forman nos describen, con patético lenguaje y en escenas de un gran valor dramático, las luchas de Simón de Montfort con los albigenses, el espíritu libre y pagano de los trovadores, postrer vestigio de la brillante civilización románica, el conde de Foix disputando contra el fanatismo y el despotismo de la cruzada, el triunfo de Pedro el Grande contra la nueva cruzada francesa de Felipe el Atrevido y, como corolario, la victoria de los Pirineos como nexo y alma de una gran raza.
Sobre estos elementos dramáticos, Pedrell ha desarrollado una compleja labor musical, con la intención de crear el drama lírico nacional moderno sirviéndose de las fuentes más auténticas y características de la rica historia autóctona. Este programa, que se resiente de la influencia de Wagner y los grandes autores rusos de la época, enlaza con la actividad de musicólogo del compositor catalán. Sin un verdadero ímpetu creador, Los Pirineos constituyen una obra de elevado sentido, tono noble y alada realización; pasajes orquestales, páginas líricas y dramáticas, coros polifónicos de estilo clasicizante, canciones populares, etc., forman un conjunto musical vario e interesante, que hacen de Pedrell, en un medio musical átono y sin auténtica ambición creadora, el gran precursor de la ópera nacional hispánica.