[Lendas da India]. Obra histórica en cuatro libros del portugués Gaspar Correia (1495-1565?), publicada entre los años 1858-64.
Es una crónica detallada de las vicisitudes del imperio portugués de las Indias, bajo los gobiernos de los virreyes que se sucedieron desde Francisco de Almeida hasta Jorge Cabral. En el libro primero narra las gestas de Vasco de Gama durante los años 1497, 1498 y 1502; las de Pedro Alvares Cabral, en 1500; las de Joáo da Nova en 1503; de Duarte Pacheco en 1503 y 1504; de Lopo Soares en 1504; de Manuel Teles en 1505, y del virrey D. Francisco de Almeida en 1505-1509. En el libro segundo narra, mes por mes, las empresas del gran Alfonso de Albuquerque, llevadas a cabo en 1509 y luego de 1511 a 1516; las de Lopo Suares, de 1516 a 1518; las de Diego Lopes de Sequeira, desde 1518 a 1521; las de D. Duarte de Menezes, desde 1521 a 1524; las de Vasco de Gama, segundo virrey de las Indias y sexto gobernador, en 1524; las de D. Henrique de Menezes, en 1525, y de Lopo Vaz de Sampaio, en 1526. El libro tercero refiere las peripecias sufridas durante la infructuosa búsqueda del famoso y fantástico Preste Juan de las Indias, y luego narra las gestas de Pedro de Mascarenhas durante los años 1526 y 1527; las de Lopo Vaz de Sampaio en 1528 y 1529, y las de Nuno da Cunha de 1528 a 1538. En el libro cuarto narra los hechos realizados por D. Garcia de Nohonha, tercer virrey de las Indias, de 1538 a 1540; por Estevao de Gama de 1541 a 1542; por Martim Afonso de Souza de 1543 a 1545; por D. Joáo de Castró, de 1545 a 1548; por F. García de Sá, de 1548 a 1549, y finalmente por Jorge Cabral, el 15.° gobernador de las Indias.
Finalidad de la obra es la exaltación de las gloriosas empresas de los portugueses en las Indias Orientales mostrándolos como elegidos por la mismísima Providencia divina. Fuente directa y digna de crédito para la historia del gobierno de Alfonso de Albuquerque, la crónica ofrece numerosas noticias referentes a la organización militar del imperio y sobre los problemas de la colonización, del mestizaje, de la economía y de la diplomacia. El autor interviene casi siempre en la narración de los hechos observados por él mismo o sabidos por testimonios directos, para manifestar sus juicios e impresiones, y revela una sinceridad tan franca en su admiración por Albuquerque y en sus acusaciones a los sucesores, que se explica perfectamente su trágico fin y la cuarentena secular de su manuscrito hasta 1858.
L. Panarese