Las Fuentes del «Orlando Furioso», Pío Rajna

[Le fonti dell’Orlando furioso]. «In­vestigaciones y estudios» de Pío Rajna (1847-1930), publicados en 1876 y notable­mente aumentados en la revisión de la se­gunda edición del 1900. Escrita a invita­ción de Giosue Carducci para el cuarto centenario del nacimiento de Ariosto (1574) y publicada con algún retraso, esta obra se hizo pronto famosa, ensalzada y criticada por el análisis aplicado a la obra maestra del Renacimiento literario. En su minu­ciosa investigación de los temas poéticos, Rajna estudia los orígenes del poema de Ariosto, sus relaciones con otros libros, episodios y leyendas clásicos y vulgares, y señala sus fuentes en la tradición caba­lleresca europea con particular referencia al Orlando enamorado (v.) de Boiardo, cuya lozanía artística nos hace sentir al mismo tiempo que su sagaz compenetra­ción con los motivos bretones y carolingios. Rajna quiere mostrar cómo los diversos motivos narrativos y personajes de Ariosto son fruto de la elaboración de un inmenso material preexistente, de siglos de leyendas y de cantos, de largas tradiciones y de genuinos sueños de creadores.

Aunque otros críticos y literatos habían advertido desde siglos atrás la complejidad del material del Orlando furioso, nadie como Rajna ha sabido señalar su precisa composición y su dependencia de la tradición europea. Dejan­do aparte que a veces trasciende los límites de un juicio estético a pesar de su buen gusto que le permitía gozar de la lozanía de la poesía de Boiardo, como cuando, en la conclusión, afirma que «si Messer Ludovico hubiese inventado lo muchísimo que sacó de otros, a la corona de su gloria no se añadiría más que una hoja de laurel». Este error no impide que Rajna sepa apre­ciar bien la humanística finura de la re­fundición del material francés y bretón llevado a cabo por Ariosto y la delicada y serena compenetración de motivos épicos y populares clásicos y vulgares. Aun en las investigaciones más detallistas está siem­pre presente en la mente del crítico la formación de una obra de arte que, como el Orlando furioso, representa el vértice más significativo de una tradición, de la cual el Orlando enamorado es un escalón necesario e insubstituible.

C. Cordié