La Última de los Reckenburg, Marie Louise von François

[Die letzte Reckenburgerin]. Novela de la escritora alemana Marie Louise von François (1818-1893), publicada en 1871. Augusto Müller, mutilado de las guerras napoleónicas, vive miserablemente con su mujer y su hija Hardine en un pueblecito de la alemania del Norte.

De padres desco­nocidos, recuerda solamente que durante su infancia iba a verle una severa dama, la señorita Hardine. Cuando su mujer fallece, Müller le promete que buscará a su anti­gua bienhechora, que él cree su madre. Llega a saber de este modo, tras largas pesquisas, que ella es la señorita Berar­dina de Reckenburg, la última y riquísima descendiente de una noble familia. Llegado con su pequeña Hardine al castillo de Reckenburg, le acogen y cuidan; pero agotado por una existencia de fatigas y vicios, muere sin conocer el misterio de su nacimiento. Después de muchos años, la señorita de Reckenburg lo revelará en sus memorias: Augusto nació de una de sus amigas de la infancia, Dorotea Müller, hija de un posadero, y del príncipe Augusto de Reckenburg, hijo de la avara y rica con­desa, y al cual ésta hizo casar con Berar- dina, descendiente de la rama principal de la familia.

Augusto ha muerto duran­te la guerra; Dorotea, que Berardina man­dó a casa de una de sus parientas, tras dar a luz un pequeño, regresó a su casa y se casó con el antiguo novio, Segismundo Faber, y el niño fue enviado al hospicio. Ahora también Dorotea ha muerto y la última descendiente de los Reckenburg encuentra luz y alivio a su existencia amargada y desilusionada en el amor de la pequeña Hardine, que, al hacerse mayor, se casa con un hombre honrado y traba­jador, heredando las riquezas de Berardina cuando ella fallece. La obra fue publicada en la época de la novela por entregas, y, entre las varias escritoras que se dedica­ron a este género, François es una de las mejores, con su fantasía algo pedestre aun­que abundante. En la larga novela encon­tramos el gusto ochocentista de los anti­guos salones rebosantes de cosas inútiles, y el encanto benévolo de complicadas aventuras con un final optimista.

G. Noulian