La obra de Folengo fue objeto de una refundición en el poema homónimo en doce cantos y en octava rima, La Mosquea, del escritor español José de Villaviciosa (1589- 1658), publicado en Cuenca en 1615. Villaviciosa copia el poema de Folengo acentuando su carácter de imitación de las fuentes clásicas, especialmente de la Eneida (v.), a la cual sigue en sus episodios, en su itinerario, en el viaje a los Infiernos, etc. Sanguileón, rey de las moscas, declara la guerra a Granestor, rey de las hormigas. En ayuda de las moscas acuden los tábanos, los mosquitos y las hormigas-león, al mando de Sicoberón. De parte de las hormigas militan pulgas, piojos, chinches y arañas guiadas por Mirnuca. Los preparativos de guerra son tales que preocupan hasta a los dioses, quienes se declaran a favor de uno u otro bando. Los dos ejércitos, por fin, entran en batalla, y después de muchas vicisitudes, durante las cuales quedan muertos en el campo de batalla los dos reyes, las moscas son derrotadas por las hormigas. Villaviciosa queda muy inferior a su modelo, del cual le falta la fuerza de ión y el soplo épico que queda muy por debajo de su desenfado. Toda su originalidad se agota en lo cómico que se produce al invertir, parodiándolas, las situaciones de la épica clásica, sustituyendo lo patético por lo grotesco.
C. Capasso