Otra versión famosa es la Leyenda de Teófilo [Die Legende des Theophilos], drama sacro del siglo XIII en antiguo dialecto bajo alemán, de autor anónimo, publicado por primera vez por Bruns en su obra Romantische und andere Gedichte in altplattdeutsche Sprache en 1798.
Bruns, sin embargo, no lo reconoce como drama; este descubrimiento estuvo reservado a Mone, en 1834, que pudo examinar con mayor cuidado el códice que se hallaba en pésimo estado. El drama, que ha sido llamado el «Fausto de la Edad Media» y que va precedido de una especie de introducción en la que asistimos a la elección de un obispo, presenta una sólida construcción dramática. El planteamiento es el tradicional: un dignatario eclesiástico se ve arrojado de su puesto por otros personajes menos dignos, porque su superior da crédito a una calumnia urdida contra él. Entonces, amargado, se dirige a un célebre mago judío que le pone en comunicación con el diablo. Cede al diablo su alma y en seguida comienza una carrera maravillosa. Todo le sale bien, y consigue una vida regalada.
Pero antes de morir, en la vejez, recuerda el pacto hecho con el diablo. Desesperado, se dirige a la Virgen, que por medio de su intercesión cerca de su divino Hijo logra liberarle del pacto, salvándole a pesar de todo. El drama ha sido traducido al alemán moderno. Después de la de Hoffmann von Fallersleben (1854), las mejores ediciones del texto antiguo son la de Petsch (1908) y la crítica, de Sarauw (Copenhague, 1923).
C. Gundolf