La Gran Duquesa de Gérolstein, Henri Meilhac y Ludovico Halévy

[La Grande Duchesse de Gérolstein]. Ope­reta en cuatro actos de Henri Meilhac (1831- 1897) y Ludovico Halévy (1834-1908), con música de Jacques Offenbach (1819-1880), representada en París en 1867. La acción ocurre hacia 1720, en un país alemán; la joven gran duquesa, que tiene veinte años y está prometida con el príncipe Pablo, es vigilada por sus ministros. Entre las pe­regrinas ideas que tienen para distraerla y mantenerse en el poder, hay la de hacer una guerra para divertirla: ello da a la gran duquesa ocasión de mezclarse con sus soldados en la víspera de las hostilida­des, en afectuosa camaradería. Pero, entre éstos, hay uno que la impresiona: el fusi­lero Fritz, curioso tipo de muchacho indis­ciplinado, que se rebela continuamente con­tra su general, Bum, un tipo extraño que ha llegado a ser famoso. La gran duquesa, que en realidad no se muere de amor por el príncipe Pablo y quiere divertirse a ex­pensas de sus ministros, se apresura a nom­brar general al soldado para enfrentarle con el general Bum, ofreciéndole el mando del ejército y un departamento en su pa­lacio. Pero Fritz está enamorado locamente de la linda campesina Wanda y no tiene suerte en su nuevo cargo de favorito, pues una conjura acaudillada por el pretendien­te le proporciona una paliza y le hace per­der el aprecio de la gran duquesa, quien le degrada nuevamente a soldado, decidiéndose a casarse con el príncipe Pablo. La evidente sátira político-militar de un am­biente, no ya alemán, sino perfectamente francés, refleja aquella decadencia del Se­gundo Imperio que preludiaba la catástrofe de 1870; pero ello no fue obstáculo para que la caprichosa intriga, animada por los ritmos y las melodías vivaces y despreocu­padas de Offenbach, tuviera también gran éxito fuera de Francia. Sin embargo, la música es inferior a las más célebres de Orfeo en los infiernos (v.) y de la Bella Elena (v.).

M. Ferrigni