La Gitana, Andrés Chubranovich

[Jegjupka]. Canto carna­valesco de Andrés Chubranovich, poeta esla­vo de Dalmacia (h. la segunda mitad del si­glo XVI) y, según parece, autor de varias poesías líricas. Fue publicado en Venecia en 1599. Se titula La gitana porque está escrito para una mascarada de gitanas, y una gi­tana sola recita todo el canto completo.

Se divide en seis partes, una para cada una de las señoras a las cuales predice la gitana su destino. Le antecede una breve historia de sus propias peripecias: predice a la pri­mera señora que tendrá un hijo afortunado y glorioso; a la segunda le hace presente que el marido la traiciona, y le aconseja pagarle en igual moneda; enseña a la ter­cera diversas maneras de hacerse querer de los hombres, a la cuarta el poder mágico de ciertas plantas; a la quinta, palabras de encantamiento para enamorar; predice a la sexta toda clase de dichas, pero le echa en cara el ser demasiado fría y no compren­der a un hombre que la ama y que la sigue sin tener el valor necesario para manifestarle su amor. Largo y desproporcionado, el discurso dirigido a esta última señora com­prende gran parte de todo el canto. Esto da lugar a una desproporción técnica que perjudica la armonía de la composición. Pero la desproporción es intencionada, ya que el autor ha considerado a las otras par­tes del canto como simple marco o introducción a la escena central, y sobre ésta ha concentrado todo su cuidado.

De la fri­volidad del canto carnavalesco surge así un delicado canto de amor, que considera a la mujer como al ser angelical, al que los trovadores y los petrarquistas llenaban de incienso y prodigaban todas sus ternuras. La mujer es todavía la reina a la que el hombre no osa mirar, pronto siempre a so­portar cualquier tormento con tal de poderse llamar su servidor. Del mundanismo de la poesía carnavalesca, se vuelve así al idealismo metafórico de la lírica amorosa que ha inspirado a los primeros poetas es­lavos de Dalmacia y con el lenguaje de los cuales Chubranovic tiene evidentes puntos de contacto. Los croatas alaban mucho esta obra que, surgida a imitación de los cantos carnavalescos toscanos, ha sabido evitar, sin embargo, su frivolidad abriendo el ca­mino a una concepción idealista del amor. Pero también en este aspecto, sigue la Gi­tana una evolución acaecida en Italia. Su mérito consiste en la gracia y en la ligereza del verso octosílabo, muy adecuado para los efectos de la forma y del sonido, por lo que se tiene con todo la impresión de una poesía poco espontánea y original.

M. Vallauri