Judit, Federigo della Valle

La más notable sigue siendo la Judit, tragedia de Federigo della Valle (1565?- 1629?), publicada en Milán en 1627. De Betulia, asediada por Holofernes, caudillo de los asirios, sale de noche Judit, muchacha judía, acompañada de su nodriza Abra: se presentará a Holofernes fingiendo amor y admiración, para quitarle la vida en el opor­tuno momento, y salvar así a su pueblo. Holofernes, vanidoso, soberbio y sensual, cae en las redes que le tiende la hermosa judía, la cual, después de haber cortado la cabeza a Holofernes, sumido, tras el ban­quete, .en pesado sueño, regresa con la ho­rrenda y preciosa carga a Betulia. Los sitia­dos, reanimados por la muerte del general enemigo, realizan una salida. Los asirios son derrotados y puestos en fuga. Esto es, a grandes rasgos, el argumento sacro de la tragedia, fiel a la tradición bíblica. Que este argumento no constituía para el poeta un mero pretexto literario, lo confirma la sin­ceridad de la inspiración religiosa, evidente en el rigor moral que informa la figura, fuerte y gentil a un mismo tiempo, de la protagonista.

Precisamente en el contraste entre la firme, inteligente y pura joven, y el ambiente de proxenetas hábilmente adu­ladores, de capitanes orgullosos y relaja­dos, de profundas noches orientales abra­sadas por el soplo ardiente de la crápula, emerge una austera conciencia moral: está implícito en la obra un juicio sobre aquella misma sociedad y aquel siglo que ha to­mado su nombre de Marino. Por otra par­te, el barroquismo formal de esta tragedia se manifiesta, con no menor evidencia que en tantas otras obras del tiempo, en el es­plendor sonoro del verso, en el fraseo lu­joso sobre una trama tupida de imágenes barrocas y en la sombría sensualidad que emana de ciertas escenas profanas. La obra conserva su valor historicoliterario.

G. Bassani

El núcleo de su arte es una verdad humanamente lírica y tiene un timbre veraz. (F. Flora)