[Jude the Obscure]. Novela inglesa de Thomas Hardy (1840- 1928), publicada con el título Corazones que se levantan [Hearts Insurgent], en el «Harper’s Magazine» y en volumen, corregida, en 1895.
Judas Fawley es un pobre albañil que ha tenido que elegir este oficio para ganarse los medios que le permitan satisfacer su intenso deseo de hacerse una cultura y alcanzar sus ideales de vida mejor. Sin embargo, su temperamento sensual, su pobreza y la fuerza de las circunstancias contrarias echarán a perder los esfuerzos de su voluntad. Aún joven se enamora de Arabella Donn, que consigue casarse con él, pero que pronto le abandona. Superada esta primera crisis de su vida, Judas vuelve con pasión a sus estudios y a sus sueños por un porvenir mejor; pero su pasión por una vivaz e inteligente prima, Sue Bridehead, le aleja de nuevo del camino que esperaba recorrer.
Sue se casa con Phillotson, un anciano maestro de escuela, pero después le abandona y acaba refugiándose en la casa de Judas, que en vano había procurado sofocar su pasión por Sue. Viven juntos y tienen hijos, pero sobre ellos pesa la desaprobación del mundo. La pareja cae cada vez más bajo, los hijos fallecen trágicamente y Sue, devorada por los-remordimientos, vuelve a su marido. Entonces Judas se entrega al alcohol, contra el que había procurado siempre luchar, reanuda sus relaciones con Arabella y por fin muere miserablemente. La visión de la vida que plasma la obra de Hárdy, aunque pesimista en sus conclusiones, mucho más que al pesimismo se acerca a una forma de fatalismo de matiz determinista: el destino de los hombres está en el interior de cada uno de ellos, está en sus más profundas tendencias contra las que el individuo puede luchar y que sin embargo no puede nunca vencer.
De aquí deriva que el interés del escritor se concentre no sobre cuestiones de costumbres o de civilización, sino sobre el mismo principio vital que mueve a los hombres más allá y por encima de todo clima social. Este principio vital, que en el mundo se puede vislumbrar en lo que llamamos la naturaleza, para el hombre, en la opinión de Hardy, se realiza en el sexo. De aquí deriva la concepción de la mujer que, a diferencia de Merediht, Hardy considera desde un punto de vista completamente masculino, reconociendo en ella el elemento perturbador en la vida del hombre, el principal instrumento de acción del destino, irresponsable en el bien y en el mal y, además, sometida ella misma al destino. En Judas el oscuro, la más reflexiva, la más fuerte, y sin embargo la menos popular de sus novelas, el escritor ha querido considerar objetivamente las más complejas cuestiones de las relaciones entre los sexos. Judas lucha tenazmente contra su temperamento, contra las circunstancias y contra la influencia de las dos mujeres, de las cuales, incluso la mejor — su prima — ejerce sobre él una influencia nociva: el elemento trágico de la derrota final de Judas está precisamente en el hecho de que no se justifica sino como fatalidad, es decir, como acción de una fuerza superior que se sustrae a todos nuestros principios lógicos, a todos nuestros propósitos morales, a nuestra íntima voluntad.
S. Rosati
Llena de vida y de piedad, pero falta de las resonancias profundas y de los horizontes morales que se encuentran en Dostoievski, y a veces incluso algo vulgar, la obra de Hardy tiene la imperfección y la belleza de una poderosa imprecación. (M. Arland)