[Joseph en Egypte]. Célebre es también la ópera bíblica en tres actos de Etienne Nicolas Méhul (1763-1817), sobre libreto de Alexandre Duval (1767- 1842), representada por primera vez en París en 1807. Se representó en Italia en 1823, en privado y como oratorio, en Milán, traducida por Francesco Kandler (1792- 1831) con el título Giuseppe e i suoi fratelli.
La escena se desarrolla en Menfis durante los años de carestía, en los que, según el relato bíblico (Génesis XLI), José, gobernador de Egipto por voluntad del Faraón, había salvado del hambre al país haciendo acumular a tiempo grandes provisiones de trigo. Por esto goza de un gran prestigio (bajo el nombre de Cleofás), pero añora amargamente su país nativo de Canaan, a su anciano padre Jacob e incluso a los hermanos que le maltrataron y le vendieron brutalmente, y quisiera hacerlos llamar a todos junto a él, pues sabe que en su tierra la carestía causa grandes estragos. Pero ellos llegan espontáneamente por esta misma razón, y le piden asilo, sin sospechar quien es. José les acoge, reconociéndoles pero sin darse a conocer. Se estremece al volver a ver a Simeón, que fue el más cruel para con él (detalle que no aparece en la Biblia), pero se domina; por lo demás, Simeón está desgarrado por los remordimientos, y sus hermanos pueden a duras penas calmar su desesperación. En el segundo acto, Benjamín, el más joven de los hermanos de José, confía a éste (a quien no reconoce) que él, después de la supuesta muerte de su hermano, ocupó el lugar predilecto en el corazón de su padre.
José se conmueve y pide ver a Jacob, el cual precisamente en aquel momento, despertado por unas trompetas, sale de su tienda y ruega a Dios por la felicidad de sus hijos. Se anuncia a Cleofás (José) que el pueblo quiere aclamarle en el carro triunfal; él consiente, pero quiere que Jacob y Benjamín participen de este homenaje. Entusiasmo general por su magnanimidad. La escena del acto tercero representa el interior del palacio de José, donde Jacob y sus hijos, excepto Simeón, son regalados con cánticos y danzas en honor del Dios de Israel. En un determinado instante entra Simeón y revela a su padre que José no ha muerto sino que fue vendido por él como esclavo. Furor de Jacob, que maldice a Simeón y a los demás hijos. José implora para ellos el perdón paterno, y luego finalmente se da a conocer. El perdón es otorgado entre la general emoción: coros de paz e himnos a la divinidad cierran la ópera. La música de José en Egipto (la más afortunada entre las 40 óperas de Méhul) es de un estilo noble y elevado, en parte revestido de un tono de religiosidad que con todo no llega a la potencia y la profundidad adecuadas al asunto bíblico, ya que, incluso en los momentos más inspirados, se diluye en una dulzura un poco mórbida, como sucede con cierta frecuencia con la música religiosa de los autores franceses de esa época.
Hay también una parte lírico-dramática, con declamados eficaces y pasajes de conjuntos ricos de movimiento. La ópera tiene una notable riqueza armónica y contrapuntística, y contiene páginas de pura inspiración, mezcladas con otras más débiles y convencionales. Las partes orquestales tienen un papel considerable, como la amplia «obertura» y la introducción al segundo acto, con carácter de marcha triste y solemne, que se va dulcificando hacia el final. Entre los pasajes corales recordaremos el del primer acto, cuando los hermanos intentan calmar a Simeón; el final de este mismo acto, y el ,coro del segundo acto «Dios de Israel». Las páginas de lírica individual, como el aria de lamento de José en el primer .acto y la de Benjamín en el segundo, son más flojas y en general la inspiración se debilita a partir del principio del segundo acto.
F. Fano