Johannis o de las Guerras Líbicas, Flavio Cresconio Corippo

[Johannis seu de bellis Libycis]. Poema latino en ocho libros de Flavio Cresconio Corippo, escritor africano del siglo VI oriundo de una pequeña ciudad, cercana a Cartago.

El tema es histórico; narra la guerra victoriosa de los bizantinos guiados por Juán — de aquí el título de la obra — contra los mauros, tribu del África septentrional que habían hostigado ya a los vándalos, y además se levantaron contra los bizantinos que les su­cedieron en el dominio del África septen­trional desde el 533. La guerra se desarrolló entre 546 y 548; el poema de Corippo, que muestra un conocimiento muy seguro de estos acontecimientos y fue publicado entre 549 y 550, no comprende una narración com­pleta de la guerra, y se cierra con la de­rrota de los mauros en Campi Catonis. Los hechos anteriores se ponen en conocimiento del lector mediante las narraciones que el tribuno Liberato Cecilides hace de ellos en los libros III y IV. Éste describe con pro­fusión de detalles la juventud de Antalas, jefe de los mauros, las luchas de éstos con­tra los vándalos, la derrota de los vándalos mismos por parte de los bizantinos y, final­mente, las luchas entre éstos y los mauros. La obra va precedida por un prefacio en veinte dísticos, dirigido a los principales ciudadanos de Cartago, a los cuales fue leída por el mismo autor poco después del desa­rrollo de los acontecimientos narrados.

Su interés, más que artístico es histórico, geo­gráfico y arqueológico, pues Corippo narra con fidelidad y exactitud los acontecimien­tos y nos da noticias preciosas de la posi­ción geográfica, de los orígenes e historia de las poblaciones bereberes. En conjunto es una obra monótona, a pesar de que no está exenta de algunos trazos de descrip­ción viva, como el fragmento en que son narrados una fuga nocturna de los mauros y el descontento que se extiende entre las filas de los soldados hambrientos. La len­gua y la métrica son, dada la época, nota­blemente correctas, con frecuentes reminis­cencias de poetas clásicos como Catulo y cristianos como Draconcio.

E. Pasini