[Ricerche di magneto-ottica]. La producción de Orso Mario Corbino (1876-1937) puede clasificarse en cuatro grandes apartados: investigaciones de óptica y de magneto- óptica; investigaciones sobre el efecto Haldalle, del que derivó el descubrimiento del fenómeno conocido como efecto Corbino; investigaciones sobre electrotécnica; estudios sobre las propiedades de los metales incandescentes y sobre la teoría electrónica. Las investigaciones de magneto-óptica ocupan los años juveniles de Corbino, a continuación del doctorado hecho en Palermo; están fundamentalmente expuestas en una serie de notas aparecidas en «Rendiconti della Reale Accademia dei Lincei», y en «II nuovo Cimento» entre 1898 y 1903.
Algunos de estos trabajos están hechos por Corbino en colaboración con el profesor Damián Macaluso, que fue su digno maestro en la Universidad de Palermo; otros son obra exclusiva de Corbino. El efecto Macaluso- Corbino, que representa el resultado más original de las investigaciones expuestas en las notas, es particularmente representativo para la interpretación de las teorías modernas sobre la naturaleza de la luz. Trataremos de trazar un esquema que sea lo más intuitivo posible. Un rayo de luz es considerado según Maxwell, como un fenómeno electromagnético, o sea, como una oscilación o perturbación eléctrica que se propaga en el espacio encadenada a una oscilación magnética normal a ella. Las oscilaciones eléctricas (y por tanto las magnéticas normales a las primeras) en un rayo de luz «natural» son normales al rayo, en cualquier plano que pase por el rayo luminoso mismo. Al contrario, un rayo luminoso se llama «polarizado» si está constituido por oscilaciones eléctricas todas yacentes en el mismo plano (llamado plano de vibración) y, por tanto, de oscilaciones magnéticas también yacentes en un mismo plano normal al anterior, llamado plano de polarización. Un rayo de luz natural puede transformarse en un rayo de luz polarizada por métodos diversos. El más cómodo y más usado ha sido durante muchos años el «prisma de Nicol», o «nicol».
Recientemente han sido construidas las llamadas láminas de polaroide, cuyo uso está difundiéndose en muchas aplicaciones técnico-prácticas, entre las que no es la última la de hacer anti deslumbradores a los faros de los automóviles. El polarizador (nicol u otro) posee una propiedad filtrante respecto al rayo de luz natural, en el sentido de que permite sólo el paso de las vibraciones (o, mejor, de los componentes de las vibraciones) yacentes en un plano determinado. Si, para fijar las ideas, en un rayo vertical polarizado, las vibraciones eléctricas que han pasado libremente tienen dirección norte-sur (NS.), y, por tanto, las magnéticas análogas están en dirección este-oeste (EO.), el plano de polarización del nicol es un plano vertical orientado en dirección EO. En tal caso, un segundo nicol deja pasar la luz polarizada por el primero, si está orientado igualmente que el primero, en tanto que extingue del todo el rayo luminoso, si respecto al primero se desvía 90°, esto es, si su plano de polarización es vertical y está orientado en dirección NS. En este segundo caso, los dos nicoles se llaman cruzados. Existen sustancias (láminas talladas de modo conveniente en cristal de cuarzo, soluciones de azúcar, etc.) que tienen el poder de hacer girar el plano de vibración y el de polarización que se conserva siempre normal al primero. Tales sustancias interpuestas entre ambos nicoles cruzados, hacen por eso aparecer más allá del segundo la luz que se había extinguido. Para volver a obtener la extinción, es preciso girar todavía un cierto ángulo oc el segundo nicol; tal oc medirá evidentemente el ángulo del que se ha desviado, bien el plano de polarización, bien el de vibración.
Una rotación de dichos planos se puede obtener haciendo pasar el rayo de luz polarizada a través de un campo magnético (efecto Faraday). El efecto Faraday en el gas es generalmente muy pequeño; pero cambia al variar la longitud de onda X (o sea del color) de la luz empleada en la experiencia. Si tal longitud de onda es semejante a una de las absorbidas por el gas o vapor (ejemplo; los vapores de sodio absorben fuertemente cierta graduación del amarillo alrededor de X = 0,589 mieras) el poder rotatorio del campo magnético puede ser particularmente elevado, tanto más cuanto más cercanos estemos a la longitud de la onda de absorción. Las múltiples experiencias iniciadas por Macaluso y Corbino y continuadas por este último han puesto en evidencia este comportamiento especial. Los dispositivos experimentales usados, en líneas esenciales, son los siguientes:
1) Tenemos dos nicoles paralelos y entre ellos vapores de sodio, obtenidos evaporando sodio metálico, o una sal del mismo en un mechero de gas. Un rayo de luz blanca y polarizada que atraviese el primer nicol, pasa a través de los vapores de sodio que absorben, entre las radiaciones que componen la luz blanca, las amarillas de X = 0,589 mieras y pasa por tanto libremente a través del segundo nicol paralelo al primero. Descompuesto mediante un prisma el rayo saliente del segundo nicol, se obtiene el llamado «espectro» que en nuestro caso está constituido por una faja luminosa coloreada con los conocidos e infinitos colores del iris, difuminados desde el extremo rojo al extremo violeta, pero que carecen de la tonalidad amarilla absorbida por los vapores de sodio. Si ahora, en la zona ocupada por los vapores de sodio, se hace actuar un intenso campo magnético, colocándola entre los polos de un potente imán, en lugar de la única raya anterior oscura aparecen varias. Tales rayas son debidas al hecho de que existen valores de X más o menos próximos a 0,589 mieras, para los que el plano de polarización ha girado 90°, y resulta, por tanto, normal al del segundo nicol, que impide de este modo el paso de las radiaciones correspondientes; para otras X, el plano de polarización puede resultar girado tres veces 90° y para otras, hasta cinco veces 90°, esto es, también normal al del segundo nicol y dando, por tanto, origen a otras tantas rayas oscuras.
2) Un experimento análogo puede hacerse disponiendo los dos nicol en ángulo recto en lugar de disponerlos paralelos. En este caso, sin campo magnético se tiene la completa extinción de la luz a partir del segundo nicol. Si se hace actuar el campo magnético sobre vapores de sodio, aparecen rayas luminosas propias en las regiones del espectro para las que se tenían, en el primer caso, rayas oscuras de extinción.
T. Franzini