[De imitatione Christi]. Obra de piedad famosa. Se ha discutido si pertenece al abad Gersen o al canciller Gerson, pero hoy prevalece la opinión de que pertenece a Thomas de Kempis (Kempen, en la diócesis de Colonia, 1379/80-1471). No contiene una particular experiencia mística, sino que refleja las principales tendencias medievales: desde San Bernardo a San Francisco y a Ruysbroek.
Consta de cuatro partes: «Advertencias a la vida espiritual», «Advertencias a la vida interior», «El consuelo interior» y «La devota exhortación a la sagrada comunión». En ella se afirma una vez más el valor fundamental de la humildad, antiintelectualísticamente (¿de qué serviría saber de memoria toda la Biblia y todas las sentencias de los filósofos si se careciera de la caridad y la gracia de Dios?). Vanidad de vanidades, todo es vanidad, excepto amar a Dios y servirle únicamente a Él. Se logra mucho más orando que leyendo. Se insiste en la significación de la caridad (sin caridad las obras exteriores no sirven de nada: mucho hace quien mucho ama). Se recalca la necesidad del recogimiento y la soledad (el alma debe saberse encerrar en sí misma para afirmar sus propias energías, y a esto la ayudan la obediencia, la discreción, el evitar las palabras superfluas y las familiaridades); y se recomienda la entrega a Dios, confiada y ardiente, que es resignación (todo debe aceptarse como procedente de Dios; dóblate bajo las manos de otro y no mires quién sea que te ha dicho o mandado una cosa) y alegría de amor (quien ama, corre, vuela, exulta… lo da todo por todo y encuentra el todo en todas las cosas; porque reposa sólo en un supremo bien, del que toda cosa nace y deriva). Se trata para el hombre de elegir entre dos mundos: el mundo de la naturaleza y el mundo de la gracia, el mundo de la humildad y la caridad y el del egoísmo y de la codicia. [La primera traducción española es la de Fr. Luis de Granada, pero desde 1660 desaparece lentamente para ceder el mercado a la del P. Juan Eusebio Nieremberg, S. J. La primera edición de esta célebre versión castellana fue hecha en Amberes, en la Officina Plantiniana, en 1656, con el título «Los IV libros de la Imitación de Cristo, y menosprecio del mundo…].
G. Bertin
Se diría que es una inspiración de lo alto que para llegar a nosotros no hubiera atravesado la conciencia de un hombre. (Renan)