Hudibrás, Samuel Butler

Poema heroicocómico inglés en octosílabos, de Samuel Butler (1612-1680), publicado en 1663 (primera parte), en 1664 (segunda parte) y en 1678 (tercera parte).

Siguiendo las huellas del Quijote (v.), el autor narra las aventuras y desventuras de Sir Hudibrás (v.)—nombre tomado de la Reina de las hadas (v.), de E. Spenser — y de su escudero Ralpho (v.). Sir Hudibrás es un presbiteriano, y Ralph un independien­te, y el lector asiste a menudo a sus amenas discusiones.

En la primera parte del poema, los dos caballeros errantes presentan batalla a un grupo de personas porque están entre­gadas a un juego muy en boga, pero prohi­bido por los puritanos. Primero resultan vencedores, pero después los jugadores lle­van la mejor parte, y meten en la cárcel a los dos campeones. En la segunda parte, Hudibrás promete a una viuda, a quien cor­teja por amor ‘de sus dineros, someterse a una azotaina para conquistar sus favores: pero después busca el modo de sustraerse a su promesa y pretende hacer azotar, en cambio, a su escudero. Éste se rebela, y se origina una gran disputa.

En el canto si­guiente Ralph aconseja a su amo que vaya a ver a un astrólogo. Hudibrás sostiene una larga conversación con el astrólogo Sidrophel y queda lleno de admiración por su cultura; pero descubre que es un charlatán. Vienen a las manos y Hudibrás, que cree haber matado a su adversario, manda a Ralph que llame a la guardia, y huye, es­perando que su escudero sea acusado de homicidio en su lugar. En la tercera parte, Hudibrás va a casa de la viuda a continuar su asedio y a contarle todo lo que ha padecido por ella; pero también Ralph va a ver a aquella mujer y le cuenta toda la verdad. Los dos tienen una feroz disputa sobre el matrimonio, en la que se descubre la verdadera naturaleza de Hudibrás. En tanto, se oyen golpes en la puerta; Hudibrás piensa que se trata de espíritus enviados por Sidrophel, y en su agitación confiesa los ruines motivos que lo impulsaban a casarse con la viuda.

En el canto siguiente, la his­toria de Hudibrás es momentáneamente in­terrumpida; se reanuda en el tercer canto, donde vemos al caballero puritano con un abogado (y aquí el autor aprovecha la ocasión para arremeter contra toda esta clase), el cual le aconseja que escriba cartas de amor a la viuda, con la esperanza de recibir de ella, en respuesta, cartas que la comprometan. Pero la viuda rechaza a su poco deseable cortejador. Las aventuras de Sir Hudibrás y el escudero se interrumpen aquí, y no se sabe si Butler tenía intención de continuar su poema.

La trama tiene en esta obra una importancia muy relativa; se advierte que su autor toma su narración sólo como un pretexto para poner en ridículo a los puritanos y a las numerosas sectas en que se habían dividido, para denunciar sus hipocresías y su presunción. Los principales personajes parecen representar, según algu­nos, los cabecillas del partido puritano; de manera que Hudibrás sería, en tal caso, Sir Samuel Luke, y Sidrophel, Sir Paul Neal. Publicado poco después de la Restauración, Hudibrás obtuvo el más vivo éxito, porque secundaba los gustos del público, en gran parte hostil al decaído partido puritano. A pesar de su paradójica sucesión de aven­turas desordenadas e ilógicas, todo el poema está animado por el extraordinario vigor de su sátira, por su agudo espíritu de observa­ción, que revela despiadadamente todas las hipocresías, ingenuidades y egoísmos que puede encerrar un alma, y más animado todavía por el arte con que está empleado el verso octosilábico que a causa de este poema tomó el nombre de «hudibrastic». Además de la influencia de Don Quijote, está clara en este poema la de los satíricos latinos y de toda la épica clásica; y, en ciertos pasajes (como en la descripción del astrólogo Sidrophel), de Rabelais.

S. Rosati