Duca, que vivió en el siglo XV, es uno de los historiadores, propiamente dichos, que en aquella edad se libera del estrecho círculo de los acontecimientos ciudadanos y cortesanos y de las estériles y tristes controversias de toda especie, para abarcar las vicisitudes del vasto imperio bizantino, ya entonces caído en gran parte en poder de los turcos. Duca hace preceder su obra de una introducción que, a la manera de las crónicas, contiene un compendio genealógico de historia universal y trata detalladamente de los acontecimientos ocurridos entre 1341 y 1462, con singular agudeza y espíritu crítico, revelándose acremente hostil a los turcos. Habiendo servido al podestá genovés de Focea y a los Gateluzzi, señores de Lesbos, es naturalmente partidario de la unión eclesiástica con los latinos. En la parte principal de la obra pone a contribución sus experiencias personales y autoridades bien elegidas. Su lengua es más viva de lo que solía ser la de los bizantinos, y se aproxima mucho al idioma popular.
C. Brichenti